Cinco siglos más tarde, la memoria americana todavía lo tiene como símbolo de sangre. El hidalgo Hernán Cortés y su toma del Imperio Azteca para la corona española a principios del siglo XVI forman parte de la historia grande de las crueldades durante la conquista de América. Echar algo de luz renovada y con nuevos colores es parte del interés que provoca Hernán, miniserie de alta producción que presentó History Channel. Con el atractivo de ser una coproducción mexicana y española, lo que presupone una pluralidad de enfoques sobre hechos y personajes. Y con el añadido de contar, en el rol protagónico del conquistador Cortés, a Óscar Jaenada, el actor español que viene de ser hit en la piel de otro villano ibérico que maltrataba a otro mesoamericano, don Luisito Rey, el dominante, irascible padre de Luis Miguel en la docuserie de Netflix. Toda una alegoría narrativa.
Cortés un personaje muy tentador para la era dorada de las series televisivas (el aniversario “redondo” –1519-2019– de su viaje desde la isla de Cuba a la de Cozumel también ha impulsado la producción de otra serie sobre el hidalgo, protagonizada por Javier Bardem para la plataforma Amazon, pero sin fecha de estreno confirmada aún). Hernán propone una mirada sobre aquel tiempo que contempla las intrigas y los disensos en las propias fuerzas españolas, las roscas de alianzas con pueblos americanos enemigos de las que se valió Cortés para tomar Tenochtitlán y, por supuesto, los abusos y crueldades. Página/12 entrevistó al guionista español Curro Royo, miembro de un staff binacional-bicontinental que respetó en Hernán una rigurosa paridad de ibéricos y mexicanos tanto en el elenco como en los equipos de producción, dirección y guión.
-Hernán Cortés es un personaje del que la Historia ha contado muchas cosas horribles. ¿La serie lo muestra como un villano, como un Darth Vader?
-Abordar un protagonista como Hernán Cortés es un campo minado. La tentación es caer en el maniqueísmo, hacer una historia de buenos y malos y juzgar a los personajes del pasado desde nuestro presente. Creo que hemos conseguido alejarnos de todo eso. La clave nos la dio uno de los estudiosos a los que consultamos en la exhaustiva fase de documentación, que nos dio la perfecta definición de Cortés: “era un hombre de su tiempo”. Así hemos tratado a nuestros personajes. Son todos hombres y mujeres de su tiempo… de un tiempo terrible. Por ello, no escatimamos mostrar momentos tan polémicos como la matanza de Cholula por parte de Cortés… pero también mostramos a Moctezuma realizando un sacrificio humano con sus propias manos.
-¿Definiría Hernán como una serie de revisionismo histórico, una que intenta dar una mirada más moderna para hechos antiguos…?
-Hernán es una serie concebida desde el primer momento como contenido premium. Eso nos ha permitido y obligado al mismo tiempo a buscar una estructura arriesgada. Hemos hecho una serie para un espectador exigente, que tiene una enorme oferta a su disposición y espera que una historia le atrape desde el primer momento. Siguiendo este objetivo, la serie tiene una estructura que hemos llamado perspectivismo. En lugar de hacer la biografía del personaje, hemos contado a Hernán Cortés a través de los ojos de los personajes que le rodean. Por eso, cada uno de los capítulos lleva el título de uno de esos personajes, que nos revelan quién fue Cortés para ellos: Marina (más conocida como Malinche), Cristobal de Olid, Xicoténcatl, Bernal del Castillo, Moctezuma, Alvarado, Sandoval y finalmente… el propio Cortés.
-El equipo detrás de Hernán incluye a profesionales y artistas de ambos lados del Atlántico. ¿Eso funcionó como garantía de pluralidad?
-Somos un equipo orgullosamente mestizo. Trabajar con un staff integrado por españoles y mexicanos ha sido uno de las mejores cosas de esta fascinante aventura. Hernán es una producción de Dopamine, cuyo equipo directivo se compone en un 80 por ciento por mujeres. La serie ha sido un auténtico punto de encuentro, en el que hemos estado contrastando línea a línea de guión las visiones y las sensibilidades de ambos lados del Atlántico. No es una serie mexicana, no es una serie española. Es una serie mestiza. En cuanto a la polémica, bueno, siempre es sinónimo de atención. Cualquiera que dedique ocho horas de su vida a ver algo que he escrito está en su derecho a opinar, disentir y polemizar. En las redes sociales hay todo tipo de comentarios.
-¿Qué aprendió usted durante su formación como estudiante, sobre Cortés? ¿Hubo algo en el proceso de la serie que le haya cambiado o ampliado su mira sobre el personaje?
-Yo estudié Historia en la Universidad de Zaragoza. Tenía ya una visión de conjunto del período y del personaje, pero he aprendido muchísimo. Sobre todo, he aprendido acerca de la fascinante cultura mesoamericana. Una de las cosas que más me atrae del mundo mexica es su visión del ultramundo, tan diferente de la tradición occidental. He podido volcar mucho de ese contraste en la serie, especialmente en el capítulo quinto, el dedicado a Moctezuma. En cuanto a Cortés, creo que era un hombre tremendamente inteligente, un líder nato. Nadie conquista un imperio con apenas quinientos hombres. Su valía se demuestra en la forma en la que supo catalizar el odio que el yugo mexica había alimentado en los tlaxcaltecas y el resto de los pueblos dominados por ellos. Nuestra mayor recompensa es que la gente, después de ver los capítulos, acuda a los libros para contrastar todo lo que mostramos, y que decida si le convence o no la forma en la que hemos navegado por los claroscuros de este increíble momento de nuestra historia común.