Compadeudores, querides contertulies, amadosbudús de la patria grande, benificiaries de la jubilación minimalista, uvizados por los bancos, lebaqueteados y lelicadas de mi país, etcéteris: en solo un mes ha pasado tanto tiempo que hay demasiada gente que ya ni se acuerda de que hasta el 10 de diciembre pasado desgobernaba el ex Sumo Maurífice y su mejor equipo contrario.

Es un síntoma peligroso, porque ya se sabe que los pueblos que no tienen memoria tienden a repetir... ¿Qué era lo que repetían? Ah, sí, sus errores. Peor aún, los repiten pensando que habían sido aciertos.

Por ejemplo, el pensar que la inflación es un tema monetario, o que la represión resuelve los conflictos sociales. Esos son indicios de que algo anda muy mal, y ante la menor presencia de semejante idea hay que concurrir urgente a la Unidad Básica más cercana a su domicilio y gritar: “¡Peronícenme, que estoy al borde de un 'Gorilik atack'", primera etapa del “Sindrome de Alzeimeritocratic”, muy dañino y socialmente contagioso.

Porque de esto se trata: sería un grave error atribuirle este síndrome a una falta de memoria individual, pues no explicaría que taaanta gente haya votado contra sus propios intereses: semejante cosa no la consigue ninguna bacteria, por más antiperonista que sea.

Lograr que millones de argentinos vuelvan a votar a quien les hizo tanto daño nos hace pensar que Estocolmo está perdiendo la titularidad de su sindrome, que a partir de ahora se llamaría “Sindrome de Estoeselcolmo”, y que consiste en que la persona o la sociedad se enamora de quien lo deja sin laburo, le recorta el sueldo, le aumenta las tarifas, le inflaciona los precios hasta el cielo y le dice que ese es el único camino hacia… hacia donde sea.

Sin duda, esto no fue trabajo de una bacteria aislada. Acá hubo medios, empresas, políticos y demás extranjerígenas que condujeron nuestro país hasta hace poco.

Gente que podía decir que el hambre es un invento de la Iglesia, que las pistolas Tasser son amorosas, que si se pierde un submarino es por culpa del océano, por ser demasiado grande; que no hay derecho a irse de vacaciones si uno es un trabajador, que nos fuimos a esquiar, que no sabemos votar, que los embriones deberían tener DNI..., sin que nadie los detuviera e internase, ya que la encargada de hacerlo era una de las protagonistas de semejante lista de improcedencias.

Los grandes medios hegemónicos nos avisaban que estábamos seguros, y que era mejor que les creyéramos, porque, si no, formábamos parte de la causa de la inseguridad. Que no había, pero no importa.

Por su parte, la Patrix recargada se encargó de hacernos creer que todo lo que nos decían era cierto, o que nada era cierto, lo que al final termina siendo igualmente enloquecedor para un argentino neurótico promedio.

Para que no nos aburriéramos, nos inventó aventuras con mapuches, con iraníes, con venezolanos, con extraterrestres, con chilenos, con científicos, con agentes secretos que no resistirían un segundo el detector de fake news. Nos mostró una fuga de Los Tres Chiflados, gente que se hizo pasar por falsos científicos chilenos, porque querían ser detenidos, pero resultaron ser verdaderos; ¡no engañaron a Patricia! Árabes porteños que fueron detenidos porque parecían árabes porteños. Atletas colombianos que vinieron a nuestro país sin traer nada prohibido, lo que inmediatamente despertó las sospechas de nuestra sabuesa. Militantes que se hacían pasar por turistas extranjeros, para lo que se habían entrenado desde que nacieron. Guerrilleros originarios, como el “Mapuché Guevara”, y otras interesantísimas experiencias que sin duda animarán algún documental que Nefli patrocinará próximamente.

Ah, y no olvidemos que esa muchacha que en cualquier momento se persigue a sí misma es la nueva presidenta del PRO, vale decir, la que orientará al mayor partido de la oposición durante los próximos tiempos. Opositores argentinos de buena fe: no los envidio.

Hasta la que viene.

Mientras lee esta nota, puede escuchar "PA-PA-PA ¡Patricia!", un rap, o mejor dicho, un “lent”, letra y música originales, creado e interpretado por RS Positivo, sobre la Patri en cuestión:

@humoristarudy