Malena Galmarini, flamante presidenta de Aysa, explica en diálogo con PáginaI12 que encontró “arrasada” a la empresa que tiene que brindar agua potable y saneamiento cloacal a 14 millones de personas en Caba y 16 municipios del conurbano bonaerense. “Fue muy dañino y asesino lo que hicieron con la empresa”, puesta al servicio de consultorías privadas vinculadas “a los funcionarios del poder de turno”, describe. Desmiente que Cambiemos haya ampliado la red de aguas y cloacas a los barrios populares, al tiempo que explica cómo Mauricio Macri traspasó a Aysa 9 municipios que abastecía la provincia con agua contaminada, “con minerales pesados y material orgánico,” para “sacarle a la ex gobernadora María Eugenia Vidal un peso de encima”. “Un poco de silencio, menos hipocresía y más trabajo”, le reclama a los opositores de Cambiemos que “dejaron un país arrasado” y que obstaculizan las leyes que necesita el Gobierno en el Congreso y la Legislatura de la provincia de Buenos Aires.
--Aysa es una de las empresas estatales más importante que tiene el país ¿Cómo la encontró?
--En la misma condición que encontramos el país, arrasado, deficitario, con la calidad del servicio decayendo. Con todos sus empleados, los jerárquicos y los no jerárquicos, desestimados, corridos. Utilizaron la empresa como si fuera una empresa privada y además con muchos abusos, desmanejos y mala administración: está muy caída. Aysa brinda un servicio muy esencial: agua potable y saneamiento cloacal. El agua es prioritaria para tener buena salud, calidad de vida, para que los nutrientes se absorban como corresponde. Para el plan contra el hambre que lanzó el presidente Fernández es sumamente importante agua de calidad y lo mismo vale para el saneamiento cloacal. Tiene que ver con la calidad de vida e incluso con la economía familiar: cada vez que tenés que llamar al camión atmosférico es mucha plata. Cuidamos el medio ambiente, la salud sobre todo de aquellos que menos tienen, los mas humildes, los barrios populares. Por lo tanto, además de una irresponsabilidad enorme, una falta de ética, de la hipocresía y la mentira del gobierno de Macri de parte de lo que habían hecho, creo que es muy dañino, asesino, lo que hicieron con la empresa.
--Uno de los argumentos que esgrimió el macrismo en medio de la crisis económica, fue que a los sectores humildes les había dado agua potable y cloacas. ¿Fue así?
--Absolutamente no. No solo no fue así sino que la desfinanciaron. En los últimos años de su gestión ni siquiera mandaban la cantidad de dinero que Aysa necesita para sostener la operación y el mantenimiento. No solo no hicieron obras sino que era deficitaria al momento de sostener el mantenimiento de la red existente. Macri había prometido que en 4 años toda la jurisdicción que está bajo Aysa iba a tener el cien por cien de agua potable y el 75 por ciento de clocas. Pero cuando miras el flujo de financiamiento y de inversión, si la sostuvieran en ese nivel, hubiesen llegado a cumplirlo recién en el 2048. Empezaron mintiendo, ya lo habían hecho durante la campaña, cuando dijeron que le habían puesto a este tema un rol prioritario en la agenda del Gobierno. El presidente anterior de la empresa prácticamente no venía. La empresa es fantástica, tiene trabajadores y trabajadoras con mucha capacidad técnica, una línea muy sólida, muchos de sus trabajadores son segunda o tercera generación en el sector que comenzaron con Obras Sanitarias. A pesar de eso eran más las consultorías externas para armar proyectos, para trabajar, que usar los recursos que son propios de la empresa. Por supuesto, en general, las consultorías eran de amigos de algunos de los que estaban en el poder. Fue una mentira más de Macri que, en este caso, pone en riesgo la salud y la vida de argentinos y argentinas.
--¿Que población abarca Aysa?
--Son alrededor de 14 millones de habitantes, entre los 26 municipios del conurbano bonaerense y la Ciudad de Buenos Aires. Entre 2016 y 2018 incorporaron abruptamente a la jurisdicción de Aysa 9 municipios, de los cuales 8 eran de Absa y una cooperativa municipal, que estaban fuera de toda norma. Eso hizo que no solo bajara la calidad global del servicio de Aysa sino que trasladaron la responsabilidad sin los fondos y eso se hizo sin consultar en Aysa.
--¿Parte de lo que pertenecía y gestionaba la provincia de Buenos Aires?
--Exactamente. En este caso parte de Absa y el municipio de Pilar. Se hizo sin ninguna restricción y quienes conducían Aysa no dijeron ni si ni no, ni blanco ni negro. No midieron el impacto en la empresa ni en el servicio. Esto es porque la gobernadora Vidal necesitaba sacarse un problema de encima, lo arregló con el presidente Macri y acá nadie puso la queja. Ahora Aysa no solo está desfinanciada y deficitaria producto de que hubo que hacer un montón de cosas. Cuando esos municipios fueron traspasados, el agua tenía metales pesados, material orgánico y ahí sí los funcionarios de carrera, la línea gerencial de la empresa, le puso el lomo, el trabajo, todo lo que había que hacer para que la empresa no se cayera.
--¿Qué porcentaje de la población que asiste Aysa tiene cloacas y agua corriente?
--Es muy variable de acuerdo a los municipios. La CABA tiene el 100 por ciento del servicio sin embargo los caños, tanto de agua como de cloacas, tienen la mayoría más de 50 años y muchos más de 100 años. Entonces eso hace que el servicio vaya siendo deficitario a mucha pérdida del producto, el agua es nuestro producto. Después hay municipios como Malvinas Argentinas que tiene el 10 y el 9 por ciento de agua y de cloacas. La mirada era de una empresa privada, sin alma, sin corazón. De pura ingeniería de mega obras con financiamiento internacional e intergeneracionales, que son sumamente importantes. Pero si en el medio uno paralelamente no hace las redes para que los vecinos tengan agua potable y que los desechos cloacales no queden en el patio o en la vereda, entonces no estamos haciendo lo que debe hacer una empresa que es básicamente del Estado: dar un servicio que brinde mayor calidad de vida.
--¿De qué manera, si la situación de la empresa es tan delicada?
--Junto al equipo de Gustavo Beliz estamos trabajando para ampliar los financiamientos internacionales. La potabilización del agua es tomada como un derecho humano, un servicio esencial en el mundo. Entonces existen en todos los organismos multilaterales financiamiento para hacer estas grandes obras. Y por otro lado desde el Tesoro Nacional vamos a llevar agua y cloacas con mano de obra de los barrios porque también nuestra gente necesita trabajo.
-- Usted tiene experiencia política en el trabajo barrial, social y la gestión municipal. ¿Qué pensó cuando le ofrecieron este cargo en Aysa?
-- Me sorprendió en un primer momento, cuando el presidente decidió que yo era la persona. Por supuesto que no me achico nunca. No soy ingeniera ni lo quiero ser, sino obvio en vez de estudiar ciencias políticas hubiese estudiado ingeniería, pero sí me parecía que con una empresa tan sólida desde lo técnico había que tener una conducción política y social de la empresa. Qué le pasa a los intendentes. Qué le pasa a los vecinos y las vecinas. Cuál es el sector donde hay que trabajar más fuerte. Y por otro lado que le prestara atención a esa masa de trabajadores y trabajadoras que tenían muchas ganas de hacer y pocas posibilidades porque no les prestaban atención. Así que es un enorme desafío. Los primeros días estaba un poco asustada por la responsabilidad que a veces me abruma. Hoy estoy contenta. Creo que tenemos una gran responsabilidad que la importancia que Alberto Fernández y Gabriel Katopodis le están dando al agua y a las cloacas nos va a dar una mayor posibilidad todavía. Hago política para cambiar la realidad y transformar la vida de la gente, no hago política para transformar mi vida. De hecho en los últimos años no nos ha ido tan bien y sin embargo yo no hago política para otra cosa. Sigo viviendo en la misma casa de 12 años, no tengo cuentas en el exterior, no tengo consultora, no tengo nada.
Gobierno y oposición
--¿Puede el gobierno en un corto plazo responder a las expectativas que tiene la gente en esta gestión?.
--Creo que va a ser como todo en la Argentina. Las expectativas van mucho más rápido que las posibilidades de cambio. Lo decía cuando el gobierno de Macri, en ese momento en campaña, planteaba cambios abruptos de un día para el otro y eso no es posible. Esto es porque no conocen el Estado, porque no conocen la política. Cuando uno mira en perspectiva parece que todo es fácil, que somos todos inútiles o que no tenemos ganas. Y cuando llegaron y tuvieron la posibilidad, no pudieron, no quisieron, no supieron y estamos en esta situación. A riesgo además de ser irreverente, le pediría a las argentinas a los argentinos que tengan un poco más de paciencia. Lo que hemos encontrado es tremendo, porque no es solamente un problema económico no solamente un problema financiero, desarticularon el Estado, su matriz. El Estado presente, con todos los errores que pudimos haber tenido, pero ese Estado presente que estaba en los barrios, que acompañaba, que tenía grandes políticas pero también esa política micro de ir a buscar el caso de resolver caso por caso hoy es cada vez más difícil porque el Estado está desarticulado. Entonces hoy hay que rearmar todo y eso lleva mucho tiempo no hay proceso no hay procedimientos. Además la enorme deuda, no sólo la deuda financiera y económica, la deuda social que nos dejan estos cuatro años de Macri son tremendas. Así que yo creo que vamos a tener un año muy duro y va a empezar a aflojar en 2021.
--¿Cómo evalúa el comportamiento político de la ahora oposición en el Congreso nacional y la Legislatura bonaerense en este primer mes de gobierno?.
--Como fueron siempre. En realidad no son otra cosa. Ellos siempre fueron esto. No van a comprender, no pueden tener la capacidad de comprender porque no lo vivieron, no lo sufren, no sienten el sufrimiento del pueblo. Entonces es como si habláramos en dos idiomas distintos sin tener ni idea unos de otros. No lo van a entender y no descarto que deben creer que está bien lo que hacen ahora. Yo les pediría un poco de silencio, colaboración y responsabilidad política, un poco de ética. Si ellos dejaron esta situación deberían estar viendo cómo colaboran no cómo ponen palos en la rueda. Pero más allá de eso, aprendí que uno no puede esperar del otro lo qué tiene que hacer. Tenemos la voluntad de hacer las cosas bien, de cambiar las cosas para mejor y de no dejar que nos pongan palos en la rueda. Cada vez que pongan un palo lo vamos a sacar y vamos a seguir andando.
--Pero el sistema representativo argentino hace que por lo menos en la discusión del Congreso y la Legislatura bonaerense, la oposición pueda complicar los planes de gobierno.
-- Si no entienden van a ir entendiendo porque la gente se los va a hacer entender. Creo que hasta ahora el pueblo argentino, supongo que por la memoria colectiva de lo que fue el 2001, ha tenido más paciencia con “el mejor entrecomillas el mejor equipo de los últimos 50 años”. Creo mucho en la fuerza popular, es un error creer que el poder lo tienen los representantes políticos, todos somos intermediarios. Cuando la gente empiece a confiar mucho más en nosotros de lo que confía hasta ahora, cuando empiece a ver cómo avanzan las cosas y que hay un grupo que minoritario, porque ese 40 por ciento que sacaron es ficticio. Cuando empiecen a ver eso, la presión social le va a ayudar al presidente Fernández a avanzar mucho más rápido y mucho más firme de lo que estamos avanzando. Entiendo lo que decís respecto de los procesos institucionales pero yo creo mucho en la fuerza popular y Argentina en toda su historia ha demostrado que es mucho más poderoso el pueblo que cualquier otra instancia.
--Cuando se hacen estos planteos, la oposición los tilda de populistas y lo asocian a “castigo, persecución y venganza”…
-- El pueblo ya los castigó. Ellos fueron por la reelección y se fueron todos, salvo Horacio Rodríguez Larreta. Ya castigó a la ex gobernadora Vidal y al ex presidente Macri. Me parece que lo primero que tienen que hacer es ir al psicólogo y resolver esos problemas. A ellos ya la ciudadanía les demostró que no los quiere en el poder. Entonces ahora lo que tienen que hacer es ayudar a dar vuelta la situación caótica que dejaron al país porque los que sufren no son ellos. Este mes tan duro que pasamos la gente, nuestra gente, yo lo viví en carne viva. Mientras ellos, uno estaba viendo el partido del Mundial de Clubes, la otra que pasó de vivir en una base militar porque tenía miedo a la mafia, se fue a caminar por la playa se fue a dar vuelta por París, por Londres, vamos. Menos hipocresía y más trabajo. La política es trabajar todo el día pensando en el otro.