Comenzó en San Pablo el festival Verano sin Censura, que abraza las obras prohibidas y cuestionadas por el gobierno del presidente Jair Bolsonaro. Durante 15 días, la ciudad más rica y poblada de Brasil se convertirá en un refugio a cielo abierto para las obras artísticas vetadas por instituciones públicas del gobierno de Bolsonaro. El festival reunirá 45 piezas e incluye películas, conciertos, exposiciones, debates y una muestra retrospectiva que recuerda algunos momentos claves de la historia brasileña como la dictadura militar que gobernó al país entre 1964 y 1985, épocas en las que la censura ejerció un papel fundamental.