La grieta británica tiene esta vez forma de campana: a dos semanas de la salida de la Unión Europea , funcionarios, referentes y organizaciones civiles y políticas intentan imponer su postura sobre la decisión de hacer sonar o no las campanas del Big Ben el 31 de enero, cuando se concrete el esperado Brexit en Gran Bretaña. Luego de que la Cámara de los Comunes rechazara el proyecto de financiación para que el eco de las campanadas se esparciera por la ciudad londinense, aparecieron diversas propuestas de parte de los grupos a favor del Brexit para festejar el acontecimiento durante la noche del 31 de enero. La financiación oficial hubiera costado aproximadamente 500 mil libras, es decir, 650 mil dólares.
Desde el 2017 el Big Ben está tapado y en silencio. Alrededor del círculo blanco del reloj, cientos de andamios y lonas negras y rojas tapan el edificio histórico. A pesar de la obra todos los días se juntan grupos de turistas en las calles aledañas para no perderse la oportunidad de la foto. Nigel Farange, uno de los principales defensores de la salida de Gran Bretaña de la UE, renegó ante la decisión oficial de no financiar las campanadas del 31 de enero. “¿Podrían informarnos sobre cuánto costó hacer sonar el Big Ben en la madrugada del Año Nuevo”, publicó esta semana en su cuenta de Twitter.
Tras el rechazo de la Cámara, el primer ministro Boris Johnson insistió con la idea y llamó a la sociedad británica a contribuir mediante una campaña de financiación colectiva. Él mismo lanzó el lema “bung a bob for a Big Ben bong”, y la organización Standup4Brexit junto al diputado conservador Mark Francois hizo el resto del trabajo convocando un crowdfunding a través de la web Gofundme.com. A pesar de la promesa del gobierno de no contribuir en la campaña, parte de los donantes del partido Downing Street apoyaron la iniciativa, y no fueron los únicos: en 24 horas la campaña contaba con ocho mil donantes, y hasta este viernes por la tarde las donaciones habían llegado a las 237.635 libras. Uno de los donantes fue Arron Banks, conocido por haber invertido nueve millones de libras en la campaña Leave EU durante el 2016. Sin embargo, un portavoz del Parlamento dijo a periodistas de la agencia AFP que "puede haber dificultades potenciales para aceptar dinero de donaciones".
Para la noche del 31 de enero, Farange está organizando una gran reunión en la Plaza del Parlamento, y algunos fanáticos planean llevar sus propias campanas para darle cauce a la sinfonía. Por su parte, una agrupación en defensa de los derechos de los refugiados lanzó una propuesta alternativa y ya están juntando voluntarios para reunirse junto al edificio y gritar “bong”. Si bien no será el emblemático sonido de la campanada del Big Ben, prometieron “una visión y un sonido para deleitar y entretener”.
Pero la división vuelve a hacerse notar en algunos sectores que, más allá de su postura frente al Brexit, prefieren no pronunciarse. Ante el pedido de los grupos pro Brexit de hacer sonar los campanarios de las Iglesias locales, los clérigos se opusieron. El pedido llegó en nombre de un grupo llamado “campanas de la victoria”, pero tanto las autoridades religiosas como el consejo central de campaneros aseguraron que no llevarán a cabo la propuesta y que prefieren no hacer sonar las campanas “por razones políticas”.