¿Puede una pregunta llenar el ND Ateneo? Las músicas de La Empoderada Orquesta Atípica plantearon una serie de preguntas y lo lograron el pasado diciembre. ¿Dónde están las compositoras de tango? ¿Y las arregladoras? ¿Y las intérpretes? La Empoderada nació como una orquesta monumental –son más de 30 artistas- que pujaba por hacerse un lugar en el competitivo circuito tanguero. Todo su primer año trabajaron sobre clásicos hasta afinar su sonido. “Una vez que lo sentimos idenficado y supimos bien qué queríamos como grupo, planteé la necesidad de hacer lugar a compositoras mujeres y disidencias”, cuenta su directora, la violinista Pamela Victoriano. La iniciativa las puso en la pista de esas compositoras, arregladoras e intérpretes para construir un nuevo repertorio que finalmente presentaron completo a fines de 2019.
Para La Empoderada, agotar las localidades del Ateneo fue un logro espectacular, reconocen. Hasta entonces, su teatro más grande tenía la cuarta parte de las butacas. “Ya medio ND era el doble que el lugar más grande en el que habíamos tocado”, dice con orgullo Victoriano. “Si lo logramos, fue porque trabajamos mucho”, agrega. Para esto fue crucial la campaña de las preguntas, planteadas con videos en distintas redes sociales. “Nuestra frase de cabecera, la que deciimos siempre en los conciertos es ‘acá estamos’, que para nosotras representa una forma de unirnos y decir lo que no pudimos durante tantos años, así que la respuesta a esas preguntas también era ‘estamos acá’ y todas juntas: no sólo las Empoderadas, sino todas, las otras artistas y también las que esperamos que estén con nosotras, porque un público con más mujeres y más feministas que escuchen tango también es el objetivo”.
En el proceso, cuenta Victoriano, se encontraron “con un montón de mujeres interesadas en lo que pasaba”, pero también con un montón de hombres. Personas del tango y otro montón que no lo siguen e igual se acercaron a escuchar su repertorio de una veintena de temas de compositoras actuales (con un par de clásicos también de mujeres). “Creemos que estamos haciendo un aporte colectivo, desde algún pequeño lugar, y como grupo estamos cada vez más focalizadas en los objetivos que vienen, la orquesta también se nos convirtió en un espacio de trabajo donde también encontramos contención”, elabora la violinista. Además de los ensayos, en La Empoderada la treintena de artistas se reparte en comisiones que llevan adelante todo el andamiaje fechas y rutina laboral que sostiene una orquesta.
El esfuerzo rindió sus frutos. Además del éxito de público, Victoriano siente que también los colegas las incorporaron al ambiente, aún cuando cree –a título personal, aclara- que el circuito debería ser mucho más grande, tanto en cantidad de intérpretes como de público y espacios para tocar. Acercarse a sus colegas también les permitió relacionarse de otras maneras con ellas. “Parece muy simple y sencillo versionar un tema de otra compositora, pero fue muy simbólico y a la vez directo invitarlas a tocar o cantar su tema con la orquesta”, cuenta. Victoriano ofrece el ejemplo de la pianista Claudia Levy, autora –entre otros muchos temas- de “Me dijeron”, un tango en torno a la violencia de género. “Ella nos contaba muy emocionada que durante mucho tiempo lo había dejado de hacer porque se sentía sola, y estaba rodeada de treinta músicas agradeciéndole, y ya no se sentía más sola”. Como Levy, las Empoderadas también versionaron a otras como Analía Trillo, Natalí Di Vincenzo, Delfina Daverio y más, además de algunos trabajos de sus propias filas, que también agarran el lápiz.
Además de invitar al escenario del ND a todas esas mujeres, la Orquesta le dio espacio a dos músicos que las ayudaron en el camino: Julián Peralta y Julio Coviello. El primero fue docente de muchas de ellas en la Goñi y les acercó arreglos de clásicos para orquesta típica, para que ellas adaptaran a sus formaciones variables. El segundo, en tanto, apareció sobre el escenario como bandoneón solista en un arreglo para fila de vientos y cantante. “Coviello desde el primer momento fue amoroso y un ser del bien”, destaca Victoriano. De hecho, una de las primeras presentaciones de la orquesta fue en uno de los espacios que gestiona el bandoneonista.
“Desde el primer día hubo buena onda con La Empoderada de los colegas que estaban abajo del escenario”, celebra la violinista. Su deseo, señala, es que la propuesta “se pueda ampliar más”. “Que puedan ser nuestros colegas más personas, que seamos más mujeres, más disidencias en el tango, tocando en una orquesta, arreglando, componiendo, que cada vez haya más tango. Hay lugar para todes”.