El barrio Puerto Argentino está en la periferia Oeste de la ciudad de Salta. A pesar de estar muy cerca de la Casa de Gobierno, levantada en el residencial barrio Grand Bourg, son dos realidades bien diferentes. En el barrio, de accidentadas calles, ni siquiera entran los colectivos, el alumbrado público es deficiente, hay baldíos con pastizales y un grupo de jóvenes que se juntan a consumir alcohol o pasta base que generan inquietud.
En ese ámbito hubo tres muertes violentas, recordaron el lunes último familiares de Paola Ávila, la mujer de 35 años y madre de tres niñes asesinada el viernes pasado. La mataron a golpes, en una reunión donde se consumieron drogas y alcohol, según reconocieron testigues que van declarando ante la fiscala penal María Luján Sodero Calvet, a cargo de la investigación de este hecho.
Aprovechando la cercanía, familiares (mayoría de mujeres) de la víctima se manifestaron el lunes frente al edificio del Ejecutivo provincial. Su exigencia central puede resultar sorprendente para quien no conoce el lugar de los hechos: pidieron desmalezamiento e iluminación. Una de las manifestantes subrayó lo evidente: "Estamos al lado de la Casa de Gobierno, no puede ser que a metros aparezca una mujer asesinada”, sostuvo luego de recordar que es la tercer muerte en la zona.
El 15 de mayo de 2017 el joven Franco Barrios, de 21 años, fue asesinado en medio de una pelea entre dos grupos antagónicos. El 28 de noviembre pasado la joven Agustina Guedilla, de 23 años, fue encontrada muerta en el baño de una cancha en el barrio Palermo II, vecino al Puerto Argentino.
“Nosotros estamos muy inseguros”. “Necesitamos seguridad, porque hay baldíos, hay gente fumando, drogándose, tomando a cualquier hora. No tenemos seguridad", sostuvo una de las hermanas de la víctima. Y puso en palabras, a su manera, lo que muches vecines van desgranando en las testimoniales que recoge la Fiscalía a cargo de Sodero Calvet, el grupo de jóvenes que se reúne a consumir asusta: "Pasamos con los chicos a la escuela y están ellos ahí atacándonos, porque con su misma mirada, que están drogados, no sabemos lo que nos van a hacer. Hoy en día fue mi hermana, el día de mañana no sabemos si puede ser alguna más de nosotros, alguna más de nuestra familia, vecinos”.
Tan olvidades están en el barrio que “no entra ni el colectivo, hace 3 años que no entra el 4A por esa zona”, porque las calles están rotas y porque le tiraban piedras, resaltó otra manifestante. Y pidió “más acompañamiento policial en la zona, por favor. Que se acuerden que acá a la vuelta vive gente también como ustedes”.
Un extraño
Hay un solo acusado por el crimen de Paola Ávila, Pablo Guillermo Campos, de 32 años, un empleado de planta de la provincia que trabaja en un hospital de la ciudad. Campos no vive en Puerto Argentino y no tenía conocimiento previo del grupo, al que se sumó en vísperas del asesinato, llevado por un amigo que a su vez era amigo de integrantes habituales. “Los testigos que declaran (...) hablan de una discusión que se produjo, tal vez propia del estado en que ellos estaban, pero sí refieren todos una discusión entre la víctima y la persona que tenemos detenida”, contó la fiscala.
Les integrantes del grupo al que se había sumado Campos van de un lugar a otro en el barrio. La previa del crimen, fueron dispersades por la Policía, entonces se reunieron en otro lado. "Van de una esquina a la vuelta, al playón, al frente, se van movilizando”, relató Sodero Calvet. “Siempre hay reclamos en la zona porque es una zona donde se juntan frecuentemente y se juntan a consumir”, pero "es un grupo que no causaba disturbios, se juntaban a consumir, pero producen la intranquilidad de los vecinos, eso lo manifiestan ahora” y van desgranando esta inquietud ante la única instancia estatal que ahora escucha, la Fiscalía que investiga el nuevo crimen cometido en el barrio.
La funcionaria dijo que no había una relación entre la víctima y el victimario, aunque pidió tener presente que se trata de una investigación en su etapa inicial. “Lo que surge hasta el momento es que ellos se habían conocido en esa oportunidad, estaban en una reunión de amigos o conocidos y en ese momento se estaban conociendo, no había ningún vínculo”, sostuvo. Campos está detenido, la acusación provisoria es por "homicidio calificado por ensañamiento y alevosía" y por femicidio.
Sodero Calvet aclaró que si bien no se descarta que otras personas puedan haber participado del asesinato, esto “no significa" que se presuma que "hay otros autores y los estamos buscando”, sino que “estamos haciendo una investigación muy amplia con varios focos”. “No estamos sobre la base de que sea una múltiple autoría (…), estamos con un sujeto imputado y detenido, no descartando nada por el momento”, insistió en una conferencia de prensa realizada ayer, en un intento por terminar con malentendidos publicados por medios locales.
En plan de desmentir informaciones erróneas, la fiscala contó que secuestraron tres bloques de cemento de "un tamaño importante" y que la víctima sufrió "una lesión muy severa" en el rostro y el cráneo, pero en el resto del cuerpo "no hay indicios violentos", y explicó que lo que "tal vez la familia pudo haber observado en el cuerpo como alguna marca, son las livideces propias posmortem, pero no lesiones”.
Sodero Calvet destacó por otro lado que se reunió con la familia de la víctima “desde un primer momento”, en el mismo lugar del hecho y luego en la Fiscalía. “Les hemos explicado lo que sucedía en ese momento, lo que iba a suceder a posteriori”.