No estaban borrachos ni drogados sino sobrios: los 10 rugbiers que asesinaron a golpes a Fernando Báez en Villa Gesell estaban lúcidos y querían matar, aseguró el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, esta mañana. "La intención de los agresores era matar a Fernando", aseguró.

El funcionario informó también que, aunque anoche fue liberado por falta de mérito el onceavo acusado, Pablo Ventura, la investigación continúa trabajando bajo la hipótesis de que haya “una persona más” vinculada al crimen.

Los 10 detenidos están acusados preliminarmente del mismo delito, homicidio agravado, por lo que, aun cuando dos de ellos puedan ser considerados coautores y el resto partícipes necesarios, para todos cabría la posibilidad de pena de prisión perpetua.

“Hay una vecina del lugar donde estaban alojados los muchachos que declaró que había una persona más y que se habría ido a la noche con un vehículo” de características similares al que rastrearon los investigadores en las cámaras de los peajes, y que habría arribado a Zárate desde Villa Gesell, explicó Escoda. “Se pudo constatar que esta persona los conocía a los otros imputados y en base a ese testimonio y algunas visualizaciones de cámara que coinciden con el auto, (se presumió) que se estaría fugando, y ante ese peligro de fuga se decide aprehensión”, explicó, en referencia a lo sucedido el fin de semana. 


Las pruebas pendientes

La existencia de esa persona será también investigada en función de “qué sale en la rueda de reconocimiento”, que se realizará el jueves, y que implicará “más de 100” repeticiones del procedimiento, informó en diálogo con una radio porteña.

El fiscal Escoda detalló que Fernando Báez murió por “un muy fuerte golpe sobre la cabeza, que no produjo fractura de cráneo pero sí un sangrado interno que desemboca en fallecimiento”. En el rostro del quedaron las huellas del ataque, por lo que “hay una impronta de la zapatilla” que será peritada. “Se va a realizar una pericia escopométrica, que es el cotejo entre el dibujo de la zapatilla y la impronta que hay en el rostro de la víctima, para ver si coincide con el calzado" de uno de los señalados, hasta el momento, como coautor.


El detenido número 11, en libertad

Pablo Ventura, el joven de 21 años que había sido detenido en Zárate el domingo, fue dejado en libertad el martes por la noche, tras cuatro días detenido como “partícipe necesario” en el asesinato de Báez. Ventura, que dejó la Delegación Departamental de Investigaciones de Gesell en compañía de su padre y se encontró con un mar de cámaras de televisión y cronistas, dijo “no voy a hablar, no voy a decir nada, no me siento bien”.


“Nos abrazamos cuando nos vimos y lloramos”, contó poco después su padre, José María Ventura, quien agregó que el joven estaba “muy mal”, “hecho mierda”.

Por orden del juez de Garantías de Dolores, David Mancinelli, el joven deberá presentarse en cuatro jornadas próximas a las ruedas de reconocimiento solicitadas por la titular de la Unidad Funcional de Instrucción 6, Verónica Zamboni, por lo que la familia permanecerá en Villa Gesell.

Ventura había sido aprehendido en Zárate el domingo, horas después de que los 10 rugbiers fueran detenidos en Gesell. Tanto él como su familia negaron que el joven haya estado en la ciudad balnearia cuando ocurrió el crimen, y aportaron materiales para acreditar que, en cambio, se encontraba en Zárate. El lunes, además, Ventura declaró ante la fiscalía y ratificó esa versión.

De acuerdo con fuentes judiciales, el juez Mancinelli avaló el pedido de la fiscal Zamboni para excarcelar a Ventura que el joven “no fue captado por las cámaras de seguridad del municipio ni de Le Brique", que "no figura en el contrato de alquiler de la vivienda" en la que se hospedaba el resto de los imputados", y que su rostro "no fue registrado en los peajes" entre Gesell y Zárate.