El silencio y lo desconocido conmueven a la escritora, docente y editora patagónica María Cristina Ramos, nominada como finalista del prestigioso premio Hans Christian Andersen, el máximo galardón en el género literatura infantil y juvenil que reconoce cada bienio la obra completa de una autora o un autor por su contribución literaria. El ganador o ganadora del premio, que entrega la Organización Internacional del Libro Infantil y Juvenil (IBBY), se conocerá el próximo 30 de marzo durante la Feria Internacional del Libro Infantil de Bologna (Italia). Desde que se entregó por primera vez en 1956, sólo la escritora argentina María Teresa Andruetto obtuvo este galardón en 2012, conocido también como “el pequeño Nobel”. Los otros escritores seleccionados como finalistas son Bart Moeyaert (Bélgica), Marie-Aude Murail (Francia), Farhad Hassanzadeh (Irán), Peter Svetina (Eslovenia) y Jacqueline Woodson (Estados Unidos).
Ramos nació en San Rafael (Mendoza) en 1952 y vive en la ciudad de Neuquén hace más de cuarenta años. Su primer libro para niños es una colección de poemas, Un sol para tu sombrero. Desde entonces ha publicado también cuentos y novelas, entre los que se destacan Las lagartijas no pueden, El árbol de la lluvia, Azul la cordillera, De barrio somos, Belisario y el violín y Una gota azul, además de libros de poesía como La luna lleva un silencio y Las sombras del Gato, entre otros títulos que han sido traducidos al inglés, portugués, chino y coreano. En 2002 creó la editorial Ruedamares, con sede en la ciudad de Neuquén, un proyecto que surgió por las dificultades que tuvo Ramos para conseguir publicar libros de poesía para chicos. Entonces editó ella misma su libro de poemas Maíces de silencio y luego fue publicando a otros autores.
La segunda escritora argentina finalista del Hans Christian Andersen -lectora apasionado de escritores como Daniel Moyano, Antonio Di Benedetto, Héctor Tizón, Juan Rulfo y Felisberto Hernández, entre otros- trabajó en programas de lectura a nivel nacional y regional. Desde 2017 dirige “Lecturas y navegantes”, un programa de mediadores de lectura literaria en las escuelas públicas de la Patagonia, patrocinado por la Fundación SM. Ramos pondera la importancia de la lectura literaria en la formación en la formación de la sensibilidad de los lectores y la ampliación de la mirada. En 2016, recibió el Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil. El jurado elogió “su artesanía y su profundo respeto por sus lectores, personajes y la realidad que recrea, su voz de autor genuina e independiente, y la sutil incorporación de valores y prácticas culturales de los pueblos indígenas”.
“La poesía es un juego que tensiona los límites de la lengua”, plantea Ramos y advierte que es a la vez “un puente invisible de encuentro con lectores que buscan –para su sed- a veces lo armónico, a veces la ruptura, o el juego, la penumbra de lo no dicho, la atmósfera donde proyectar mundos que han permanecido acallados o que apenas se vislumbran”.