Donald Trump estuvo más activo que nunca en Twitter defendiéndose de las acusaciones que le imputaron durante el juicio político en su contra. El presidente de Estados Unidos publicó decenas de mensajes con un objetivo claro: desestimar las pruebas que los fiscales opositores expusieron en el Senado. Durante la primera sesión de alegatos los republicanos cerraron filas en defensa de Trump. Así lograron impedir que se convoque a nuevos testigos y se presenten más pruebas. Para Adam Schiff, diputado demócrata que lleva adelante las acusaciones, la única manera de evitar que otro presidente hago abuso de poder es clara: destituir a Trump.
¡Cacería de brujas!
Trump salió con los tapones de punta contra los demócratas. La mayoría de sus mensajes tuvieron como destinatario a Schiff, que ocupa un lugar central en el proceso de destitución. “Los demócratas y Schiff `el sospechoso´, cuya presentación ante el Senado estuvo cargada de mentiras y tergiversaciones, se niegan a afirmar que la Administración Obama retuvo la ayuda de muchos países, incluidos Ucrania, Pakistán, Filipinas, Egipto, Honduras y México”, sostuvo el mandatario.
Los fiscales demócratas consideraban vital que se convoque a nuevos testigos. Esperaban poder contar con la declaración de John Bolton, ex Consejero de Seguridad del presidente. De hecho el propio Bolton había manifestado que declararía sin problemas. Trump criticó la estrategia de la bancada opositora. “Exigen que el Senado republicano presente los testigos que la Cámara de Representantes nunca buscó, ni siquiera solicitó. Tuvieron su oportunidad, pero fingieron apresurarse. ¡La audiencia más injusta y corrupta en la historia del Congreso!”, expresó el presidente.
Algunos medios estadounidenses sostuvieron que los demócratas querían negociar un acuerdo para que avance el llamado de nuevos testigos. El exvicepresidente Joe Biden o su hijo Hunter serían citados a cambio de que testificaron algunos altos funcionarios de la Casa Blanca. Esto tiene que ver con que, según la acusación, Trump intentó presionar a Ucrania para que investigara los negocios del hijo de Biden, quien podría ser su rival en las presidenciales. Los demócratas sostienen que la presión se materializó cuando el gobierno retuvo cerca de 400 millones de dólares en ayuda militar para el país europeo.
Sin embargo los senadores republicanos hicieron valer su mayoría de 53 votos y cerraron toda posibilidad: no habrá nuevos testigos. Trump festejó el logro de sus congresistas y sostuvo que el impeachment se basa en mentiras. Asimismo expresó que el proceso en su contra es parte de una estrategia de la oposición de cara a las elecciones de noviembre. “¡Los demócratas están tratando de dañar a los republicanos antes de las elecciones!”, escribió en Twitter.
Sembrar la duda
El senador Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado, sostuvo que los argumentos presentados por los fiscales podían generar dudas en la bancada republicana. "Cuando un fiscal tras otro se presentó para exhibir la evidencia acumulada contra el presidente con detalles precisos y devastadores, la atmósfera del Senado adquirió una dimensión completamente diferente", aseguró Schumer. También manifestó que esa fue la primera vez que los senadores oficialistas escucharon la historia completa. "Eso puede haber plantado la primera semilla en sus mentes de que sí, tal vez el presidente hizo algo muy malo" sostuvo el senador.
Durante su ponencia Schiff expuso las denuncias contra el presidente por obstaculizar la investigación del Congreso y abusar de poder. "Trump solicitó interferencia extranjera en nuestras elecciones, abusando del poder de su mandato para mejorar sus posibilidades de reelección", dijo el diputado demócrata. Schiff manifestó que la justicia debía caer con todo su peso sobre el mandatario estadounidense : "¿El único remedio apropiado para un presidente de los Estados Unidos tan reacio a verse limitado por el estado de derecho? Acusación y destitución del cargo", expresó el congresista. También pidió a los 100 miembros del Senado que dejaran de lado el partidismo en la decisión sobre el destino de Trump.
Los fiscales de la oposición tienen hasta el viernes para presentar los alegatos. Luego será el turno de los abogados de Trump, que contarán con tres sesiones para su defensa. Se necesitan 67 senadores, una mayoría de dos tercios, para destituirlo. El rechazo a los pedidos realizados por los demócratas hace pensar que no hay forma de quebrar el bloque republicano.