En un nuevo capítulo de su cruzada antimigratoria, el gobierno de Estados Unidos anunció que a partir de este viernes 24 de enero dejará de otorgar visas de turista a las mujeres extranjeras embarazadas que visiten Estados Unidos. De esta forma, la administración de Donald Trump intentará evitar el llamado "turismo de nacimiento", una práctica que asegura la ciudadanía de los niños nacidos en territorio norteamericano.
La Secretaría de Prensa de la Casa Blanca señaló a través de un comunicado que este cambio en las regulaciones para el otorgamiento de las visas de turista "es necesario para fortalecer la seguridad pública, la seguridad nacional y la integridad de nuestro sistema de inmigración".
De acuerdo con la Constitución de Estados Unidos, las personas nacidas en territorio estadounidense tienen derecho a la ciudadanía, incluso en el caso de que sus padres no sean ciudadanos. A los 21 años, esos hijos tienen el derecho a solicitar la residencia permanente legal de sus familiares.
"Es absurdo que la Administración Trump esté convirtiendo a los empleados de las embajadas y consulados en policías sobre la reproducción", manifestó Kerri Talbot, director del Centro de Inmigración, organización que brinda apoyo a los migrantes. "Las mujeres tendrán que ocultar sus embarazos solo para obtener una visa de turista para visitar Estados Unidos", criticó.
De su lado, el gobierno republicano aseguró que "la industria del turismo de parto amenaza con sobrecargar los valiosos recursos hospitalarios y supone una actividad criminal en sí". Sin embargo, el comunicado no ofreció cifras de lo que representa el turismo de nacimiento en el país, los costos que esa práctica puede tener para la economía ni explicó en qué forma ese "turismo" amenaza a la seguridad nacional.
El Centro para Estudios de Inmigración calcula que cada año hay unos 20 mil partos de mujeres que llegaron al país con visas de turista y luego se fueron de Estados Unidos.