La economía argentina posiblemente sea impredecible: la evolución de los precios, los salarios, las tarifas, el tipo de cambio y los combustibles son algunas de las variables que más interrogantes producen entre los economistas para los próximos meses. Pero la principal incógnita al momento de elaborar los escenarios macroeconómicos para fin de año es qué pasará con la renegociación de la deuda externa.
Las consultoras del mercado hacen algunas cuentas para calcular cómo sería la renegociación. Uno de los estudios de mayor renombre de la city, EcoGo de Marina Dal Poggetto, simuló cuatro posibilidades de reestructuración. En esos escenarios calculó que el acuerdo tendría una extensión de plazos del pago de capital de 5 años y un período de gracia (no pago de los intereses) de dos años. El Estado se ahorraría de pagar cerca de 30 mil millones de dólares hasta 2023.
En las simulaciones se computaron distintas posibilidades respecto de si habrá o no una reducción en el cupón de los bonos. En el escenario más optimista se consideró que será del 10 por ciento y en el más pesimista se calculó que será del 50 por ciento. Esto último implica que si un bono paga un interés del 8 por ciento pasará a pagar el 4.
Las simulaciones incluyeron también diferentes parámetros para la capitalización de los intereses durante el período de gracia, mientras que el exit yield (lo que va a rendir el bono reestructurado en el primer día de cotización) estimado para los cuatro escenarios fue del 11 por ciento. Este porcentaje es el rendimiento que registran los bonos en su primera cotización de mercado tras la renegociación.
Rango de quita
El resultado de la simulación de los cuatro escenarios fue que la quita se ubicó entre 23 y 39 por ciento. La cotización actual de los bonos por abajo del 50 por ciento de la paridad muestra que los inversores siguen sobrerreaccionando ante las pérdidas potenciales en una negociación. El riesgo país de nuevo por encima de 2000 puntos no parece razonable y tiene elementos puramente especulativos.
En las simulaciones del mercado, la estimación del exit yield se usa para calcular el valor presente de la nueva deuda (los pagos futuros renegociados se descuenta con esta tasa). El valor presente de la deuda actual (pagos sin reestructurar) también se calcula usando la misma tasa de descuento. La diferencia entre ambos valores es una de las formas que usan los analistas para medir la quita en una reestructuración.
En una negociación consistente el exit yield podría ubicarse por debajo de ese 11 por ciento utilizado en estas simulaciones del mercado. En este caso las quitas para cada uno de los escenarios serían todavía menores. Esta conclusión es resultado de una simple cuenta: con tasa de descuento más baja, el valor presente de la deuda reestructurada es más elevado y, por tanto, el nivel de la quita es menor.
Coyuntura
El salto del riesgo país estos días y la fuerte caída de los bonos parecen un elemento especulativo y no necesariamente un fenómeno que se anticipa a los resultados de la reestructuración. El principal elemento de desestabilización la semana pasada se concentró en la deuda de la provincia de Buenos Aires. El equipo económico provincial busca estirar un pago de 250 millones de dólares hasta mayo. El mercado tiene pocos días para decidir si acepta o no la propuesta y se abrieron espacios para el regreso de la volatilidad.