La utilización de la capacidad instalada en la industria se ubicó en enero en el 60,6 por ciento, una marca que iguala los guarismos de los años inmediatamente posteriores a la salida de la crisis de 2001. Por debajo de ese promedio quedaron el sector textil, edición e impresión, productos de caucho y plástico, insumos de la construcción y la metalmecánica. El deterioro del consumo en el mercado interno, el aumento de las importaciones de bienes finales, la crisis de Brasil y el aumento de los costos por el componente tarifario son tres problemas que dominaron la agenda industrial en 2016 y que persisten en 2017.

La utilización de la capacidad instalada durante los últimos años en enero ha ido en caída, salvo por una mínima suba en 2016. Fue del 69,5 por ciento en 2011, 67,6 por ciento en 2012, 65,6 por ciento en 2013, 63,7 por ciento en 2014, 62,7 por ciento en 2015, 62,9 por ciento en 2016 y el mes pasado se ubicó en el 60,6 por ciento, según los datos del Indec. El tímido incremento en enero de 2016 se explica por la liquidación de la cosecha retenida, luego de la devaluación de diciembre de 2015.

A nivel sectorial, el menor porcentaje de utilización de la capacidad instalada se verificó en la industria automotriz, con un 30,7 por ciento, que de todas maneras es superior al 20,4 por ciento del mismo mes de 2016, que fue inusualmente bajo por la paralización de exportaciones a Brasil. Enero suele ser un mes de paradas técnicas de las plantas automotrices. Esos parates se vieron amplificados por el bajo nivel de ventas en relación a los últimos años. El mejor reflejo de esa situación es la política de suspensiones de las empresas. En los últimos días se dio a conocer la suspensión de 600 operarios por parte de Volkswagen y de 350 de General Motors por un período de hasta nueve meses. Salvo Toyota, que tiene un mercado de exportación diversificado, las demás empresas trabajan con bajos niveles de producción, especialmente Fiat y Renault. Las perspectivas del sector automotor dependen en buena medida de Brasil, aunque desde el país vecino no hay buenas señales: en enero y febrero las ventas de autos en ese mercado cayeron 5,5 y 7,6 por ciento, respectivamente, en la comparación anual. Además, la participación de los autos importados cayó del 16,2 al 11 por ciento en enero.

La utilización de la capacidad industrial en la metalmecánica se ubicó en el 47,3 por ciento, por debajo del 52,2 por ciento de enero de 2016. Según el informe de Adimra, la metalurgia cerró el año pasado con una caída de producción del 8,5 por ciento. El peor desempeño se verificó en equipos y aparatos eléctricos (-15 por ciento), seguido de equipamiento médico (-13,0) y bienes de capital (-10 por ciento). Insumos de la construcción comenzó el año con una utilización del 53,3 por ciento. La cámara que agrupa a los fabricantes de cemento portland calculó que los despachos se ubicaron en 878.222 en enero, una suba anual del 1,8 por ciento, aunque en febrero esa variable cayó 0,8 interanual y quedó 8,7 por debajo de enero. Por su parte, el índice del Grupo Construya, donde se computan los despachos de fabricantes de pinturas, ladrillos, pisos y griferías, entre otros, marcó un baja interanual en enero del 6,9 por ciento y del 6,7 en febrero.

La utilización de la capacidad instalada en el sector de edición e impresión fue del 54 por ciento, frente al 58,3 por ciento de hace un año, mientras que en la industria textil la utilización bajó en ese período del 66,9 al 57,5 por ciento. Ambos sectores están afectados por la caída del consumo y por el aumento de las importaciones. Además, la utilización de la capacidad de la industria alimenticia bajó en un año del 68,5 al 65,1 por ciento, y de la siderurgia, del 65,2 al 58,4 por ciento.