El temporal que se abate sobre el estado de Minas Gerais, en el sudeste de Brasil, no da tregua, y ya totaliza once muertos, siete heridos y 16 desaparecidos, así como 2500 evacuados. Su capital, Belo Horizonte, tuvo este viernes el día más lluvioso de su historia.
Entre los muertos figuran una mujer y sus dos hijos, que murieron sepultados por un alud que destruyó su vivienda, en un día en el que se acumularon 171,8 milímetros, más del esperado para todo el mes de enero. Otras dos personas murieron por un derrumbe en el barrio de Villa Bernardete. Cuatro personas perecieron en la capital y otra en el municipio de Contagem.
Las lluvias de este viernes provocaron también la caída de un edificio en construcción, sin causar heridos, y las inundaciones arrastraron casas y vehículos en Belo Horizonte y municipios vecinos como Ibirité y Raposos.
Solo en el municipio de Contagem, cerca de 500 personas fueron retiradas de sus casas por peligro de deslizamientos.
El último fin de semana, otras siete personas murieron, dos resultaron heridas y una continuaba desaparecida debido a las fuertes lluvias que azotaron el vecino estado de Espírito Santo, también en el sureste de Brasil.
La Defensa Civil de Espírito Santo señaló que 3.300 personas perdieron su residencia o fueron desalojadas de sus casas en las ciudades de Iconha, Río Novo do Sul, Vargem Alta y Alfredo Chaves, la más afectada por las tormentas que se intensifican en el verano.
El temporal coincide con el primer aniversario de la ruptura de la represa de Brumadinho, en el área metropolitana de Belo Horizonte. El 25 de enero de 2018 se derrumbó el dique propiedad de la empresa minera Vale y causó la muerte de unas 250 personas. La empresa había protagonizado en 2015 la catástrofe de las represas de Bento Rodrigues, el peor desastre ambiental en la historia de Minas Gerais.