El padre de Máximo Thomsen, uno de los rugbiers detenidos por el asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, salió a defender a su hijo en medio de las ruedas de reconocimiento que comenzaron el miércoles. Luego de que los testigos dieran más detalles sobre las amenazas del grupo hacia los amigos de Báez dentro del boliche, Marcial Thomsen aseguró hoy que "no hubo un plan" para matar al joven. El mismo día la madre de Máximo renunció a su cargo como Secretaría de Obras Públicas de Zárate.
Tras salir de la comisaría de Pinamar, donde su hijo y otros nueve amigos permanecían detenidos, el hombre dijo que está "destrozado", y definió la situación como "una locura" y "una pesadilla". Thomsen es el principal acusado por el crimen porque los testigos lo identificaron como uno de los jóvenes que golpeó a Báez cuando ya estaba en el piso.
"Yo estoy destruido y estamos muertos todos. Máximo está destrozado. No hicieron ningún plan para matarlo. Eso es una locura. Es una pesadilla total", expresó Thomsen, tras visitar a su hijo en la comisaría, al igual que lo hicieron los padres de otros de los detenidos. En total fueron 14 los familiares que se acercaron a la seccional.
En tanto, la madre de Juan Guarino, otro de los rugbiers detenidos, dijo que su hijo le aseguró que no estuvo en el momento de la agresión, aunque pidió disculpas a la familia Báez Sosa. "Me dijo que no estaba en el lugar de los hechos. Lo único que sé es que le pido muchas disculpas, mucho pésame a la familia (de Fernando)", expresó la mujer.
Según trascendió, Guarino es uno de los jóvenes que por el momento no había sido reconocido por testigos en ruedas de reconocimiento y existirían indicios de que se habría alejado de la disco antes de que comenzara la golpiza mortal.