El Club Social, Deportivo y Cultural Mitre es un club de larga tradición en la localidad de Quilmes. En sus 85 años de historia, pasaron por él personalidades como Sandro, Julio Sosa, Osvaldo Bayer, Nora Cortiñas o Taty Almeida. En septiembre del año pasado, el club fue intimado por AySA a pagar una deuda de 200 mil pesos, bajo la amenaza de cortar el suministro. Frente a la imposibilidad de pagar y el temor a perder el club, sus dirigentes se organizaron con vecinos y, en conjunto con la Universidad de Avellaneda (UNDAV), presentaron un recurso de amparo. Según Juan Borzi, presidente del club, "solo cuando nos organizamos AySA nos escuchó". Además, afirma que el anterior gobierno municipal les "jugaba en contra".
"Tenemos cuatro canillas: una en el patio, una en cada uno de los dos baños y otra en la cocina; las usamos para tomar mate y nada más", grafica Borzi la situación de su club en declaraciones a este diario; así y todo, el Mitre recibió en septiembre una amenaza de corte de suministro por una deuda de 200 mil pesos. Entonces, el club tomó relevancia pública; sus dirigentes difundieron un comunicado en todo el barrio en el que se expresaba que "frente a la posibilidad de no poder seguir siendo un Club de Barrio, llamamos a socios y vecinos a que nos acompañen en el reclamo". El llamado tuvo efecto: unos días después, la Cátedra de Derechos Humanos de la UNDAV se contactó con para preparar un recurso de amparo. "Nos organizamos y tuvimos repercusión en medios zonales, eso fue clave para abrir un canal de diálogo con una posición mejor para discutir", afirma el presidente del club y asegura que "solo cuando el tema salió en los medios, AySA vino a vernos".
El directivo del Mitre también asegura que durante la gestión de Martiniano Molina "no solo no ayudaban, sino que además jugaban en contra": "nos pusieron una intimación, sin ninguna razón, para que no hagamos espectáculos públicos; no logramos eximir el impuesto municipal del que estamos exentos por ordenanza; después arreglaron una calle y quedamos sin presión de agua, tuvimos que poner una cisterna mientras no podíamos pagar el agua", denuncia Borzi.
Cuando lograron reunirse con directivos de la seccional Quilmes de AySA, el club pudo posponer el pago de la deuda, en el medio se produjo el cambio de gestión. "Estamos a la espera, cambió el gobierno y es lógica la demora; esta semana nos presentamos y quedaron en venir a conversar", asegura Borzi. El dirigente plantea que, más allá de la deuda, es necesario discutir las tarifas que abonan los clubes: "el 15 por ciento de nuestros gastos es por agua, en un club donde casi no la usamos; pagamos 2500 pesos al mes, parece poco pero tenemos 30 pesos de cuota que no es obligatoria, cualquier persona puede venir al club porque nuestra idea es ser un club abierto a la gente humilde", concluye.