"Sandra Cabrera nos hizo ver cuánto valíamos y no lo sabíamos". A Miryam Auyeros se le quiebra la voz cuando recuerda a su compañera, que fuera secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar) Rosario, asesinada en 2004. A 16 años de su femicidio, hoy la recordarán con un acto en Córdoba 3650, a partir de las 18, con bandas invitadas. Desde el año pasado, el sindicato tomó fuerza y entienden que la lucha que inició Sandra es de todes. "Hoy levantamos aún más su bandera", aseguró Gabriela Hemela, que está con Miryam en la nueva conducción local del sindicato.
La mañana del 27 de enero de 2004 quedó grabada en la memoria de Miryam. "Me llamaron de la CTA para decirme que encontraron muerta a Sandra; y se nos cayó el mundo", expresó la mujer que solía encontrarse con Sandra en las calles y en las celdas, cuando la disuelta Moralidad Pública las detenía ilegalmente, las amenazaba y las violentaba. La división policial dejó de existir tras el asesinato de la militante social y los artículos contravencionales del Código de Faltas que penalizaban a las trabajadoras sexuales fueron derogados –aunque recién en 2010–, pero los hostigamientos no cesaron.
"Después de la muerte de Sandra trabajamos por un montón de cosas. Ella nos dijo una vez: 'Si a mí me pasara algo, sigan con el sindicato'". Miryam recuerda aquel momento y también que el crimen fue después de que Sandra denunciara al grupo de Moralidad, porque en ese entonces "empezaron las amenazas". Si bien hace unos años se alejó, por cuestiones personales, cada vez que pasaba por una esquina y veía a una piba trabajando la interpelaba la voz de Sandra con ese pedido de continuidad.
"Yo trabajaba lejos de la terminal y un día Sandra pasó por mi esquina y nos dijo que estaban formando el sindicato de las trabajadoras sexuales, que nos esperaba el miércoles para tomar unos mates. Cuando llegué fue algo hermoso. Era 2001, 2002, plena época de crisis, de miseria". Miryam tenía cinco hijos menores a cargo. "Sandra me habilitó a hablar, porque yo quería contar cómo salía adelante, pero la gente que me conocía me decía que de eso no hable".
Con Georgina Orellano al frente de la conducción nacional de Ammar, Miryam tuvo ganas de volver. "En un plenario al que me invitó encontré otra cara de Ammar: yo había dejado mujeres que agachaban la cabeza cuando decían que eran trabajadoras sexuales, y las empoderábamos con las compañeras; y cuando llegué a aquel plenario la juventud me dio vuelta la cabeza", dijo.
El año pasado, el sindicato tomó impulso. "Sandra es de todes", es la frase que llevan como bandera y con la que esta tarde será homenajeada la referenta de las trabajadoras sexuales por cuyo crimen hubo un solo procesado, Diego Parvluczyk, entonces subjefe de la Policía Federal de Rosario, quien fue sobreseído. Para la Justicia, los testimonios que dieron las compañeras de Sandra eran de "personas con actividades callejeras que transcurren sus madrugadas con un itinerario errante". La causa quedó impune.
Dieciséis años después, las trabajadoras sexuales la van a recordar "porque marcó un momento histórico en la defensa de los derechos y la unidad de nuestra lucha sindical", expresaron las organizadoras.
Gabriela Hemela sumó: "Con todas las organizaciones sociales y sindicatos estaremos recordándola, luego de casi un año de trabajo en territorio", desde que se reorganizó el sindicato local. "Lamentablemente, 16 años después, seguimos viendo violencia institucional y la policía sigue avasallando derechos", aseguró sobre lo que le genera "mucha impotencia", pero hace que "la lucha siga en pie, porque sabemos que no estamos solas".
Al mismo tiempo, señaló: "Lo que estamos conformando en Rosario es un sindicato de la diversidad. No solo estamos trabajando con las chicas que están en la calle, sino también con quienes están en departamentos y demás; y también con las trans, porque el abuso policial es general, para todes", aseguró.
Orellano, quien también llegará a Rosario para el acto, aseguró: "No sólo buscamos darle visibilidad a lo que significa Sandra para el movimiento de trabajadoras sexuales, sino también que esa plazoleta está muy cerca de una de las zonas de trabajo sexual que para nosotras es de las más problemáticas, en relación a la violencia institucional y la precarización laboral", dijo sobre la terminal de ómnibus.
Georgina hizo hincapié en la actualidad. "Producto de la crisis económica, muchas, que en su momento habían dejado de ejercer el trabajo sexual, ahora volvieron; y otras que no han teniendo posibilidades laborales comenzaron a ejercer, pero en una situación de mucha vulnerabilidad social", aseguró.
Además, dijo que a nivel nacional, "el trabajo sexual no está considerado un delito, siempre y cuando hablemos de personas mayores de edad que lo ejercen por consentimiento propio; lo cierto es que en los último años se llevaron adelante muchas políticas en torno a la lucha contra la trata de personas, pero que pusieron el foco en la trata con fines de explotación sexual, sin hacer distinción entre lo que es un delito y lo que es una actividad lícita. Eso generó que se prohibieran espacios donde muchas compañeras ejercían el trabajo; y lo que arrojó, como consecuencia, esa política, es la calle: tener que ejercer en el espacio público".
Y agregó: "Santa Fe es una de las pocas provincias que tiene derogado el código contravencional. Pero aún así, las compañeras muchas veces desconocen las legislaciones y la policía juega con ese desconocimiento", aseguró. "Hay muchas compañeras que tienen más de 60 años y no se pueden jubilar de nada porque no hicieron ningún aporte, muchas otras que no pueden acceder a una obra social". Hace dos años, con el diputado Carlos Del Frade, presentaron un proyecto de reparación histórica, que el Estado se haga responsable de la violencia institucional que sufrieron compañeras, hasta 2004", recordó.
"Para nosotras Sandra representa, no solamente la lucha contra la violencia institucional, la denuncia constante a la policía y fuerzas de seguridad, sino también la bandera de lo sindical", cerró.