Desde Villa Gesell
Desde el lunes 20 por la noche, cuando se realizó la primera protesta de vecinos de esta ciudad frente al boliche Le Brique por el asesinato de Fernando Báez Sosa , un grupo de mujeres sigue realizando una vigilia nocturna. Las organizadoras están reuniendo firmas para hacer una presentación ante el Concejo Deliberante, para que el local “sea clausurado en forma definitiva”. En la madrugada de este sábado, un grupo de policías uniformados fueron a tomarle fotografías a las personas que se reúnen allí cada noche y se produjeron fuertes discusiones.
“Ustedes que no hicieron nada para salvar la vida de Fernando ahora nos vienen a sacar fotos a nosotras como si fuéramos delincuentes”, les manifestó Nélida, una de las organizadoras, al oficial a cargo del procedimiento. El policía le contestó que esta allí “por orden de mis superiores” y en algún momento hasta pidió disculpas por la intromisión. De todos modos, ya le habían sacado fotos a los presentes y a las leyendas que escribe la gente en las paredes del boliche y que cada día, desde el lunes pasado, son borradas por personal de Le Brique.
Además de las firmas, se invita a quienes pasan por el lugar a escribir frases alusivas al hecho, pidiendo justicia o expresando solidaridad con la familia de Fernando. Cada noche, hasta antes del amanecer, el frente del boliche queda cubierto de leyendas escritas con tizas de trazo grueso, bien rotundas, de color blanco, sobre las paredes gris topo. A media mañana, apenas unas horas después, todo lo que se escribió a la noche es borrado y el frente del local vuelve a quedar espléndido, como si nada hubiera pasado.
Al día siguiente vuelven los “escraches” con los escritos a mano por lugareños y turistas, que este sábado fueron “escrachados” por policías disfrazados de reporteros gráficos, pero con el uniforme reglamentario de la Policía Bonaerense. “Es una vergüenza lo que están haciendo, en vez de apoyarnos por pedir justicia, la policía defiende los intereses de los dueños del boliche”, le dijo a este diario Sabrina, otra de las organizadoras.
“Los mensajes de la gente, los pedidos de justicia, el repudio a lo que nos pasó a todos en Villa Gesell, son borrados por manos anónimas, las mismas que arrancaron la faja de clausura” horas después del operativo encabezado el jueves a la madrugada por el ministro de Seguridad de la provincia, Sergio Berni. Sabrina, que junto con Nélida, las dos vecinas históricas de Gesell, le dijeron a Página|12 que van a seguir “hasta que los concejales dispongan el cierre definitivo de Le Brique”.
A pesar del esfuerzo y de las medidas oficiales, el boliche cada mañana queda sin rastros del repudio nocturno. Sólo falta que abriera las puertas, ante la ausencia de las fajas de clausura, que sí están pegadas –aunque rotas— en “la tienda de licores”, como se promociona el despacho de bebidas llamado Fullescabio, en Paseo 105 y avenida 3, pleno centro de Gesell, también clausurada por Berni.
Sabrina explicó que las integrantes del grupo son “mamás, ciudadanas de Gesell y por respeto a Fernando y a su familia, cuando se hizo la primera marcha, el lunes pasado a las nueve de la noche, tomamos la decisión de quedarnos más allá de las doce de la noche, para que este boliche no pueda abrir sus puertas, con clausura o sin clausura”.
Sabrina recalcó que “como madres y padres sentimos que acá hubo una responsabilidad innegable de los dueños del boliche, más allá de la detención de los autores del crimen”.
Sobre las fajas de clausura, arrancadas poco después del operativo, dijo que el jueves se quedaron “hasta las seis de la mañana y vimos cómo las sacaban personas que no podemos identificar por nombre, pero que sin duda son personal de seguridad del boliche”,
Consideró, al borde del llanto, que “es una barbaridad la actitud de esta gente, que sigue faltándole el respeto a Fernando y a su familia y lo que queremos es que la faja de clausura siga allí para toda la vida. Para eso vamos a seguir juntando firmas y vamos a presentarnos ante el Concejo Deliberante”.
Insistió en que la iniciativa “es para apoyar a la familia de Fernando, porque aunque no podamos devolverle a su hijo, como ciudadanos de Gesell nos sentimos dolidos por lo que le pasa a esa mamá que mandó a su hijo a veranear y se lo devolvieron en un cajón”.
Los jóvenes que a la madrugada caminan por la avenida 3, firman el petitorio y dejan sus mensajes, luego prolijamente borrados: “Justicia por Fer”, “Chetitos violentos y machistas”, “Solidaridad con la familia de Fer”, “San Juan está con vos Fernando”, “Pedimos justicia por este crimen horrible”, “Los chetos se creen dueños de la vida de los pobres”, “Cadena perpetua para los asesinos de Fernando”.
Un par de chicos, oriundos del Gran Buenos Aires, discuten sobre cómo adherir y luego de un breve “Justicia por Fer”, replican una vieja consigna nacida en sus barrios humildes: “La policía mata, cuando mata, y cuando no hace nada por defendernos”, Los vecinos de Gesell reprochan la ausencia total de uniformados la noche del crimen.