Pablo Ventura, el último detenido por el crimen de Fernando Báez Sosa en la ciudad de Villa Gesell, aseguró que no entiende por qué fue involucrado en el homicidio por los rugbiers detenidos y recordó que hace cuatro años tuvo “solamente un cruce de miradas” con uno de los imputados en un boliche de Zárate, pero que no hubo pelea.
Por otro lado, Jorge Santoro, abogado de Ventura, presentó esta mañana el pedido de desvinculación definitiva del joven en la causa, ante el juez de Garantías David Mancinelli. “Creo que las pruebas que hemos presentado y los testigos que aportamos fueron contundentes respecto de la inocencia de Pablo”, aseguró el letrado, minutos después del inicio de la tercera jornada de ruedas de reconocimiento, a las que están siendo sometidos desde el jueves últimos tanto el joven como los diez rugbiers imputados por el homicidio.
Entre los elementos mencionados por Santoro para fundamentar el pedido, figura la filmación del restaurante “La Querencia” de Zárate de la noche del viernes 17 de enero que registra el ingreso de Ventura junto a sus padres para cenar y su salida cerca de la medianoche, pocas horas antes del crimen de Báez Sosa frente al boliche Le Brique, en Gesell.
Además, destacó que “no se lo ubica en la escena del lamentable hecho”, y que “han depuesto los testigos propuestos” por la defensa que “en forma contundente lo ubican en la localidad de Zárate al momento del hecho”.
“Se cayó definitivamente la idea expuesta de que había sido ‘sacado en forma clandestina’ de Villa Gesell, ya que los rodados de la familia se comprobó que nunca salieron de Zárate”, consideró el abogado, y agregó que “estuvo siempre a derecho, presentándose a indagatoria y respondiendo a todo requerimiento” de la fiscal del caso, Verónica Zamboni. Ventura había sido detenido 12 horas después del crimen en su vivienda de Zárate, y tras cuatro días detenido en la Delegación Departamental de Investigaciones de Gesell, recuperó la libertad por disposición de la fiscal.
El joven recordó que el "cruce de miradas" que tuvo con uno de los diez rugbiers del grupo se produjo en el boliche Apsara, de Zárate. “Fue solo un cruce de miradas, nunca nos dijimos nada y nunca más pasó nada. Tampoco fue algo tan grave como para involucrarme en esto”, señaló el joven, que dijo no recordar con precisión con cuál de los diez rugbiers que continúan detenidos se produjo ese intercambio.
Ventura (21) dijo además que “a uno solo” de los acusados “del club” se lo siguió cruzando desde entonces, “pero tampoco es que nos saludamos ni nada de eso”.
A seis días de su liberación, por decisión de la fiscal del caso Verónica Zamboni, recordó que al ser detenido por el crimen de Báez Sosa (19) “estaba nervioso, pero a medida que fueron pasando los días” estuvo “muchísimo más tranquilo”. “La verdad no entendía ni entiendo hasta el día de hoy por qué me involucraron en esto”, señaló.
Sobre su intervención en las ruedas de reconocimiento que se realizan desde el jueves último, dijo: “Ya estaba mucho más tranquilo, porque ya sé que me liberaron, aunque la causa siga”. “Te llaman, te ponen en una habitación cerrada, con tres chicos, y luego de eso, dicen que te pongas las manos atrás y le dicen a uno de los testigos para que señalen a cuál les parece que estuvo involucrado”, detalló.
En ese sentido, dijo que en las primeras jornadas de esta medida de prueba, no tuvo contacto con los otros acusados: “En ningún momento me los crucé a ellos, porque soy seleccionado siempre último en la rueda”.