* Mirándolo con acidez, debe convenirse que Aerosmith consiguió completar su performance sin que Steven Tyler se cayera en el escenario (como le sucedió en agosto de 2019 en Maryland o en el baño de un hotel en 2011). Y aunque los años no han pasado en vano, su show contó con el gran condimento de tener a Run DMC para el clásico de clásicos “Walk This Way”, incluyendo una camiseta de Kobe Bryant en alto. También tocaron “Livin’ on the Edge” (ganadora de un Grammy en 1993), aunque hoy no parecen muy dispuestos a vivir al filo de los excesos que los caracterizaron en el pasado.
* Este martes se realizará un tributo multiestelar a Prince, y Usher se encargó de dar un adelanto junto a Sheila E. El combo “Little Red Corvette / When Doves Cry / Kiss” estuvo bien elegido, aunque el registro de Usher no sea el más apropiado para esas canciones y la baterista y percusionista hubiera merecido más protagonismo.
* ¿Sabrá Ozzy Osbourne dónde estuvo el domingo por la noche? Tras su declaración pública sobre el mal de Parkinson, el prócer del rock duro tuvo una presencia más bien simbólica, con su esposa Sharon llevando el peso de las alocuciones y Ozzy tirando un “Yeah” cada tanto. De cualquier manera, verlo allí desmintiendo de cuerpo presente los rumores sobre el “lecho de muerte” fue un buen gesto.
* Ellen DeGeneres lo presentó por todo lo alto y destacó su valentía para defender su elección sexual en medios a veces muy homofóbicos como el rap y el country. Pero Lil Nas X estuvo lejos de validar sus pergaminos, con un playback mal disimulado que al menos tuvo el aporte de los héroes del K-Pop BTS, el DJ Diplo tocando el banjo y Billy Ray Cyrus, estrella country que de ese modo ofreció su solidaridad con el rapper luego de varios ataques virtuales.
* Y hablando de recursos tecnológicos aplicados a la voz: el técnico dedicado a autotunear en vivo a Rosalía se pasó un poquito de rosca. Tal vez por eso Demi Lovato quiso demostrar lo que suyo era bien en vivo y tuvo un falso arranque con la sentida “Anyone”, lo que le agregó drama a una presentación ya de por sí dramática tras el episodio de sobredosis que casi se la llevó en 2018.
* Más allá de Aerosmith, quien puso la garra más rockera en el Staples Center fue el notable guitarrista Gary Clark Jr., quien no solo tuvo una gran performance con una banda bien afilada sino que además tocó “This Land”, la canción ganadora que marca la cancha del racismo en los Estados Unidos... en un momento en que la Casa Blanca está ocupada por alguien no precisamente tolerante.
* En ese terreno de performances, sin dudas las dos más rupturistas fueron las de Lizzo (ganadora como solista pop) con la impactante apertura y una capacidad vocal excepcional; y Tyler The Creator, el rapper que con la peluca blanca de su personaje Igor y “New Magic Wand” le dio a la ceremonia del Grammy su momento más deforme en años.
* Billie Eilish, la gran ganadora de la noche, eligió para su presentación "When the Party's Over", climática y bella canción que sirvió para demostrar su talento. Pero dadas las performances igualmente tranquilas de Lovato, Alicia Keys, Boyz II Men y Bonnie Raitt, quizá no hubiera estado mal verla en opciones más energéticas como "All the Good Girls go to Hell", "My Strange Addiction" o el mismo megahit "Bad Guy".
* Condicionada por el tono de dolor por la muerte de Kobe Bryant, la conducción de Alicia Keys a veces se pasó de zen, apelando demasiadas veces al poder curativo y de unión de la música. Y los cinco cambios de vestuario parecieron demasiado, aunque fueron agradecidos por quienes ponen el foco en “los outfits de la fiesta”.