La Cámara de los Comunes británica analizó un petitorio con más de 150.000 firmas que reclama medidas para evitar que las mujeres puedan ser obligadas a llevar tacos altos en sus puestos de trabajo. El debate se produjo luego que se hiciera público, en 2015, el caso de Nicola Thorp, una recepcionista que trabajaba para la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC), contratada por la agencia de empleo Portico, que fue enviada a su casa por no llevar tacos lo suficientemente altos. Todavía es legal en el Reino Unido que una empresa requiera que el personal de sexo femenino lleve zapatos de taco alto en el trabajo en contra de su voluntad, dice el petitorio, y reclama que las leyes del código de vestimenta deben ser modificadas porque son sexistas y están fuera de lugar. La secretaria de Estado para la Mujer y la Igualdad en el Reino Unido, Caroline Dinenage, quien llamó al debate parlamentario, afirmó que “llevar o no llevar tacos debe ser una decisión personal y no debe depender de un dictamen laboral cuestionable y desfasado de los años 70”. El gobierno británico, por su parte, insistió en que los códigos de vestimenta de las empresas deben ser razonables y equivalentes tanto para los hombres y las mujeres.