Un reciente hallazgo arqueológico vuelve a poner sobre el tapete la largamente discutida existencia de las recias amazonas, sugiriendo que las legendarias guerreras y cazadoras de la mitología griega -que Homero inmortalizó en La Ilíada y, eones después, tuvieron rol central en los cómics de DC- podrían haber estado inspiradas en mujeres reales. Tal es la conclusión que arrima un equipo de la Academia de Ciencias de Rusia que, el pasado mes, lideró una expedición en la región de Vorónezh, al suroeste del país, y dio con los restos de cuatro mujeres escitas, enterradas hace más de 2500 años. Sepultadas, dicho sea de paso, junto a puntas de flecha, dagas, insignias, equipamiento de equitación… El más joven de los cuerpos habría pertenecido a una muchacha de 12, 13 años. Otros dos serían de mujeres en sus 20s, y una de ellas -que llevaba un brazalete de cuentas de vidrio- fue hallada en posición de jinete, con un espejo de bronce y lanzas a su alrededor. La cuarta y última habría tenido entre 45 y 50 pirulos al morir, y el tocado ceremonial con el que fue inhumada -un calathus con grabados florales, hecho en un 70 por cierto de oro cuando en general las joyas escitas no superaban el 30 por ciento- es sonada marca de alto estatus social.
Además del buen estado en el que se encontraron los restos, la particularidad de este histórico descubrimiento reside en tratarse de tres generaciones de mujeres escitas enterradas juntas. A las que, según el team ruso, “se les practicaron los mismos ritos funerarios dedicados a sus homólogos varones”. Data que entusiasma especialmente a la historiadora estadounidense Adrienne Mayor, autora de The Amazons: Lives and Legends of Warrior Women Across the Ancient World, que se ha referido a la noticia como “una de las pruebas más detalladas y mejor conservadas hasta la fecha de que las amazonas no serían mera fantasía, pura ficción”. Finalmente, no es el primer hallazgo de este tipo: de un tiempo a la fecha, un creciente cuerpo de evidencia arqueológica señala que muy posiblemente (parte de) la leyenda de las amazonas tiene basamento real, que efectivamente existieron grupos de mujeres nómadas que entrenaron, cazaron y lucharon en la estepa euroasiática…
Para Mayor, todo apunta a que estas mujeres vivían “en una sociedad igualitaria” donde tenían “las mismas habilidades que los hombres” y “por tener hijos, no dejaban de pelear”. Por lo demás, destaca la especialista sobre la flamante novedad que ayuda “a tirar por la ventana una suposición que ha persistido durante muchísimo tiempo: que la presencia de armas en las exequias era sinónimo de tumba masculina”. Gracias al desarrollo de la tecnología, gracias a pruebas de ADN y bioarqueología, desarrolla, “nuevos análisis han demostrado que aproximadamente un tercio de los esqueletos escitas armados, que han sido desenterrados en diversas excavaciones, eran de mujeres de antaño”.