El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló su esperado plan de paz para Medio Oriente. Basado en una solución de dos estados, el llamado "Acuerdo del Siglo" le otorga a Israel algunas concesiones que ya provocaron una fuerte reacción en Palestina: deja los asentamientos en territorio palestino bajo control israelí, respalda la anexión por parte de Israel del valle del Jordán, y propone la creación de un Estado Palestino bajo la condición de desmilitarizar el territorio y rechazar firmemente al terrorismo en la región. Además, el mandatario estadounidense propuso a Jerusalén Este como capital del nuevo Estado Palestino. Sin embargo, Trump aclaró que Jerusalén seguirá siendo "capital indivisible" de Israel.
En una conferencia conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Trump afirmó que su país estaba dando "un gran paso hacia la paz". Ningún funcionario palestino estuvo presente en el lanzamiento de la iniciativa en la Casa Blanca, aunque se encontraban en el lugar los embajadores de tres naciones árabes: Omán, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein.
Durante su discurso, el presidente estadounidense destacó que su mirada "presenta una solución realista de dos estados". El futuro Estado Palestino solo vería la luz bajo ciertas condiciones, entre ellas "un claro rechazo al terrorismo", subrayó Trump al explicar su detallado plan de 80 páginas. El proyecto propone además un Estado Palestino "desmilitarizado".
En Twitter, Trump publicó un mapa con las futuras fronteras, que contiene unos 15 asentamientos israelíes conectados al área de la Franja de Gaza por apenas un túnel. Jerusalén seguirá siendo "la capital indivisible de Israel", aseguró el presidente, aunque también propuso crear una capital del Estado Palestino en Jerusalén Este, sin explicar cómo conciliará ambas cosas.
El mandatario también confirmó que Estados Unidos reconocerá los asentamientos israelíes en esa área, lo que significaría la anexión de alrededor del 30 por ciento del territorio de Cisjordania. En ese territorio, al menos trece palestinos resultaron heridos por choques con fuerzas israelíes en medio de protestas contra el plan de paz.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que tomó la palabra después de Trump, dijo que se trataba de un "día histórico", y confirmó que Israel mantendrá la soberanía sobre la zona del valle de Jordania. Netanyahu remarcó que los refugiados palestinos no tendrán derecho a regresar a Israel, y se mostró dispuesto a acordar con los palestinos "un camino hacia un futuro estado", aunque puso como condición que "reconozcan al Estado Judío".
"No pasará"
A pesar de las loas compartidas entre Estados Unidos e Israel, Palestina rechazó el acuerdo incluso antes de que se diera a conocer . El lunes, el primer ministro palestino, Mohamed Shtayeh, llamó a las potencias internacionales a boicotear el plan diseñado "para proteger a Trump de la destitución y proteger a Netanyahu de la prisión". El mandatario estadounidense enfrenta un juicio político en el Senado, y el premier israelí lucha contra un creciente escándalo de corrupción.
"El plan de Trump es un nuevo intento de eliminar los derechos del pueblo palestino", dijo por su parte el presidente palestino, Mahmud Abbas. "Rechazamos este acuerdo desde el principio, y nuestra posición era correcta cuando nos negamos a esperar", agregó.
"Este plan conspiratorio no pasará. Nuestro pueblo lo tirará al basurero de la historia", declaró Abbas a la prensa, luego de mantener una reunión de urgencia con facciones palestinas, entre ellas Hamas. "Si Jerusalén no es la capital del Estado Palestino, ¿cómo podemos aceptarlo?", se preguntó el jefe de la Autoridad Palestina.
Por su parte, Rusia intentó posicionarse como mediador entre israelíes y palestinos. "Hay que iniciar negociaciones directas para llegar a un compromiso mutuamente aceptable. No sabemos si la propuesta estadounidense es mutuamente aceptable o no. Tenemos que esperar a ver la reacción de las partes", declaró el viceministro de Relaciones Exteriores, Mijail Bogdanov. El acuerdo acaba de presentarse, pero las reacciones se multiplican y su futuro es, cuanto menos, incierto.