La Cámara de Diputados le dio media sanción y un respaldo abrumador al proyecto que faculta al Gobierno a renegociar la deuda en dólares con los acreedores privados bajo jurisdicción extranjera. Con 224 votos a favor, 2 en contra y 1 abstención se dio media sanción a la Ley de Restauración de Sustentabilidad de la Deuda Pública emitida bajo ley extranjera”, según la nueva denominación del proyecto aceptada por el oficialismo para ceñir los términos de la negociación que estará a cargo del Ejecutivo.
El respaldo político no estuvo exento de un fuerte debate sobre el endeudamiento externo y las responsabilidades de los distintos gobiernos. En el cierre del debate, el jefe de bancada del Frente de Todos, Máximo Kirchner, no dudó en apuntar contra la administración de Cambiemos por la toma de deuda y la “curva de vencimiento deuda que la torna insustentable”. También criticó duramente el intento del ex presidente Mauricio Macri de deslindar su responsabilidad en sus ex funcionarios , como dijo en su descanso en Villa de la Angostura. Máximo K también recogió el guante y propuso --como reclamó la oposición-- poner en marcha la Bicameral de Seguimiento y Control de la Deuda Externa para esclarecer las responsabilidades.
Desde Juntos por el Cambio, el radical Mario Negri buscó minimizar la responsabilidad de la alianza por el endeudamiento externo y buscó extenderla y diluirla entre todas las fuerzas que gobernaron desde la restauración democrática. Dijo que Cambiemos se hizo cargo del pago a los fondos buitre que litigaron en los Estados Unidos y sostuvo que la ley no era necesaria porque el Gobierno tiene las herramientas suficientes en la Ley de Administración Financiera, pero que respaldaban la iniciativa como gesto de apoyo a la nueva administración nacional. Negri igual reclamó la conformación de un espacio de seguimiento con participación de la oposición en las negociaciones y reclamó que el Gobierno “no puede jugar a las escondidas, como estrategia” en la negociación con los acreedores.
“Se endeudó el país de una manera irresponsable: se tomó deuda a razón de más de 30 mil millones de dólares todos los años, y coronaron con el FMI con 44 mil millones de dólares”, le endilgó Máximo Kirchner a la gestión macrista. “Lo que tienen que hacer la Argentina y sus representantes en esta negociación es cerrar los números con la gente adentro. Simplemente eso. Tenemos que decirle 'nunca más' a la deuda externa y empezar a diagramar una política económica que elimine este problema de la sociedad”, concluyó el jefe de la bancada oficialista.
Antes, Negri defendió a Macri y criticó las declaraciones del Presidente: “Alberto Fernández dijo que los gobernadores tomaron deudas por culpa de Macri. Eso es mentira porque fueron las provincias las que reclamaban endeudarse en dólares”, sumó el jefe del interbloque de JpC. Antes de cerrar, exigió que el Gobierno presente su proyecto de presupuesto en el Congreso. De todas maneras ratificó el respaldo a la iniciativa oficial. “Estamos al lado del Gobierno para lo que necesite en la renegociación de la deuda”, dijo.
El debate
Los cierres del oficialismo y de la principal bancada opositora reflejaron las intervenciones que unos y otros mantuvieron a lo largo del debate.
Por un lado, la decisión del grueso de los diputados y de las bancadas de respaldar el proyecto de ley del Gobierno para la renegociación de la deuda externa: 224 votos a favor que aportaron el Frente de Todos, Juntos por el Cambio, los interbloques federales y monobloques provinciales. Los dos votos en contra fueron del FIT; y hubo una abstención del socialismo santafesino.
Por otro lado, las diferencias de matices y señalamientos de responsabilidades sobre el endeudamiento.
Desde el FdT insistieron en la crisis de endeudamiento generada durante la gestión macrista. Carlos Heller remarcó que la carga de la deuda “es insostenible, hipoteca el futuro de los argentinos y ha contribuido a acrecentar la pobreza y el desempleo”. El presidente de la comisión de Presupuesto puso números: afirmó que entre 2015 y 2019 la relación deuda-PBI aumentó del 48,6 al 90,9 por ciento; que los servicios totales, intereses más amortizaciones, pagados anualmente se cuadriplicaron y pasaron de un 10 al 40 por ciento del PBI. Que aumentó la tasa de interés promedio ponderada, que era en 2015 de 5,5 en 2019 llegó a 7,26.
Sobre esos datos sostuvo la necesidad de la reestructuración de la deuda. “Un Estado soberano tiene derecho, en el ejercicio de su facultad discrecional, a elaborar sus políticas macroeconómicas, incluida la reestructuración de su deuda soberana. Derecho que no debe verse frustrado ni obstaculizado por medidas abusivas”, sentenció Heller.
“Todo el proceso de drenaje de divisas se sostuvo sobre la base de un profundo sobreendeudamiento externo que es el que hoy nos coloca en la necesidad de restaurar la sostenibilidad de la deuda pública argentina, que no solo por el importante crecimiento de su volumen, sino por la condensación de sus vencimientos en un período de tiempo muy corto, que va de 2020 al año 2023, la tornan lisa y llanamente impagable”, agregó la presidenta de la comisión de Finanzas, Fernanda Vallejos.
El interbloque de Juntos por el Cambio buscó deslindar responsabilidades del gobierno macrista. El radical chubutense Gustavo Menna fue uno de los que asumió ese rol: sostuvo que la ley es “superflua desde lo jurídico” y remarcó: "No estamos hablando de deuda externa contraída durante la gestión del gobierno de Cambiemos. Es deuda que ha signado toda la historia argentina y lleva la responsabilidad y la actuación de prácticamente todos los gobiernos que se han sucedido durante nuestra historia", afirmó Menna y volvió a cuestionar el artículo 3 del proyecto sobre la “prórroga de jurisdicción a los tribunales extranjeros”. Un tema que refutó el subprocurador del Tesoro Nacional, Sebastián Soler, en el plenario de comisiones cuando le recordó a Menna que los bonos emitidos ya tenían esa prórroga de jurisdicción.
Heller también salió al cruce de los argumentos macristas. Recordó que los bonos de 2005 y 2010, son parte de la reestructuración tras el default de 2001, que tuvieron una quita del 75 por ciento y que los gobiernos kirchneristas “no tomaron deuda”.
El salteño Andrés Zottos del Interbloque Federal (lavagnista) también reclamó la participación de las provincias en las decisiones. Fue entonces, que Elisa Carrió intervino para intentar moderar las críticas. La líder de la CC pidió el “respaldo a la negociación” porque los negociadores “están solos”. Carrió reclamó “darle poder político al negociador” y “no ser mezquinos y no hablar demás”. "Es nuestro deber tener cuidado porque los abogados de los bonistas anotan cada palabra que uno dice y eso después figura en las sentencias", aseguró. Alejados de los pedidos de Carrió, muchos de sus socios políticos no dudaron en cargar contra el Gobierno. El mendocino Omar De Marchi fue de los más encendidos.
Antes de su voto en contra, los diputados del FIT acusaron al oficialismo y a JpC de pactar” el pago de una deuda “ilegal, ilegítima y fraudulenta”.