El Congreso sancionó su primera ley del año. Con 157 votos afirmativos, 54 negativos y siete abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó el Consenso Fiscal 2019, que suspende el acuerdo que había hecho el gobierno anterior con los gobernadores para reducir impuestos locales, como Ingresos Brutos. “En ningún momento esta ley dice que vamos a cobrar más impuestos, sino que vamos a dejar de disminuir algunos impuestos por un año”, explicó la diputada Lucía Corpacci (Frente de Todos). Sobre el final, la confomación de una mesa de trabajo acordada entre el oficialismo y Juntos por el Cambio, para analizar las deudas de las provincias con la Nación, complicó la relación del oficialismo con el resto de los bloques minoritarios, que no lograron integrarse a la misma por la negativa del principal interbloque opositor.
A su vez, Juntos por el Cambio votó de manera dividida. Desde un primer momento, la Coalición Cívica (CC) anunció que no acompañaría esta medida. "No se puede votar el Consenso Fiscal porque la no disminución de los Ingresos Brutos funde a las pymes y clases medias argentinas que dan trabajo, lo mismo que la no suba del mínimo no imponible para Ganancias", había planteado Elisa Carrió. De esta manera votaron los diputados de su bloque, salvo ella, que al momento de votar no estaba en el recinto.
"El discurso de Carrió pega", dijeron desde Juntos por el Cambio para explicar la fragmentación del bloque. Varios diputados del PRO replicaron el discurso de la CC y votaron en contra. "Cualquier empleador tiene que trabajar de lunes a jueves para pagar impuestos", dijo el diputado por Chubut Ignacio Torres (PRO).
Sin embargo, los legisladores que responden al jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, votaron a favor. El líder porteño se quedó hasta las últimas horas del martes negociando con los funcionarios del gobierno nacional la sanción de este nuevo pacto fiscal. Por su parte, los diputados del bloque radical tuvieron “libertad de acción”.
Fue parte de la negociación que destrabó la disputa y abrió camino al apoyo de Juntos por el Cambio al proyecto que faculta al Gobierno a renegociar la deuda en dólares con los acreedores privados bajo jurisdicción extranjera. Los gobernadores opositores Gerardo Morales (Jujuy), Rodolfo Suárez (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodríguez Larreta llegaron el martes al Congreso acompañados de las espadas parlamentarias de su interbloque para reclamar la incorporación al proyecto oficial, la situación de las deudas provinciales. Las negociaciones se prolongaron durante toda la jornada y tarde-noche llegaron a la presidencia de la Cámara de Diputados el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro de Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, que junto a Sergio Massa y Máximo Kirchner sellaron el acuerdo con los opositores.
La solución fue crear una mesa de trabajo para “tender a la sostenibilidad de la deuda que las provincias y la Ciudad de Buenos Aires mantienen con el sector público nacional”, según quedó redactado en el proyecto de declaración que elaboró JpC. La mesa estará integrada por la presidencia de la Cámara de Diputados y de los bloques del Frente de Todos y Juntos por el Cambio, la Jefatura de Gabinete, y los ministerios de Interior y Economía. Aunque la iniciativa no pone plazos para la elaboración del proyecto consensuado.
Pero los interbloques federales y el MPN presentaron su propio texto, en el que amplía la representación en la mesa de trabajo a los bloques minoritarios y representantes de las provincias y la CABA, y complicaron el acuerdo previo. JpC se opuso, Mario Negri pidió “no mezclar”, insistió en que se trató de “un acuerdo político” y negó los votos para que se tratara sobre tablas la ampliación de la mesa.
El presidente de la Cámara, Sergio Massa, terminó por comprometerse públicamente para sumar a las demás provincias a la mesa que debatirá el tema, ante la advertencia de los bloques provinciales de quedar marginados de la discusión que los involucra.
Informe: Antonio Riccobene.