Los llaman "los nenes bien" y "los muchachitos", son motivo de burla y de tensión dentro y fuera del penal de Dolores. Un día y varias horas pasaron desde que los 10 rugbiers detenidos en Villa Gesell por el crimen de Fernando Báez Sosa fueron alojados en el penal de Dolores. Aunque la situación es tensa --porque es un mundo oscuro e inimaginable para los diez jóvenes que apenas si habrán accedido a él en series televisivas, y porque desde la población penal se hicieron llegar amenazas vinculadas a un supuesto castigo por un crimen brutal y considerado fuera de los códigos carcelarios y a una supuesta revancha por odio de clase--, el primer día transcurrió con supuesta tranquilidad. Hoy es día de visita en el penal y los 10 rugbiers recibirán a sus familiares como cualquiera de los presos del penal. En ese aspecto, el cierre de la jornada de visita, la despedida, seguramente se tornará en escenas dramáticas para familias que por primera vez tendrán noción de lo que significa la pérdida de la libertad.
La Unidad de Dolores es una de las más antiguas del Servicio Penitenciario Bonaerense, es del siglo XIX, fue inaugurada el 27 de enero de 1877, con una capacidad de 188 personas largamente desbordada. Actualmente, tiene 947 presos, incluyendo a los 10 jóvenes acusados de asesinar a Fernando.
El hacinamiento, de todos modos, no tocará en forma inmediata a los nuevos detenidos. Permanecen en una celda ubicada en el pabellón 6, junto a la oficina de control, con una pequeña ventana que los mantiene visibles, con 5 cuchetas dobles, y un inodoro con puerta, todo un lujo en un penal bonaerense.
Allí permanecen Máximo Thomsen (20), el más complicado en la causa; Ciro Pertossi (19), el otro rugbier imputado como coautor del homicidio; Enzo Comelli (19), quien fue señalado por testigos como uno de los que golpeó a Fernando; Luciano Pertossi (18); Ayrton Viollaz (20); Matías Benicelli (20); Alejo Milanesi (20); Blas Cinalli (18); Juan Pedro Guarino (19), y Lucas Pertossi (20).
Por más que las autoridades afirman que son tratados con los mismos derechos que cualquier detenido, dentro del penal y también fuera, la tensión en el aire por las diferencias se corta con un cuchillo. En las redes sociales se registran diálogos como el siguiente: en el canal Somos Dolores, junto a una imagen de la calle Riobamba, donde se encuentra el penal, en la que se ve que fue interrumpido el tránsito, se lee:
-Cortan la calle cada vez que traen presos? O es porque llegaron los "nenes bien? -pregunta una mujer
-Llegan los nenes bien y todo se pone de patas arriba -responde otra.
-Es muy evidente, no?
-Porque vienen los muchachitos -agrega una tercera.
Por su parte, las autoridades del penal sostuvieron que los detenidos "no tendrán contacto con la población carcelaria y permanecerán ahí bajo estricta vigilancia y control".
De todos modos, la estancia en el penal de Dolores será efectiva hasta que la justicia dicte la prisión preventiva. Es muy probable que luego pasen a otro penal, el más apuntado es la Unidad 57 de Campana, inaugurada hace un año, diseñada para jóvenes adultos (entre 18 y 21 años) acusados o que deban cumplir condenas cortas. No será el caso de los rugbiers, si es que se los encuentra culpables y se los condena a perpetua, pero su falta de antecedentes penales y la edad puede permitirles adaptarse a este penal, con capacidad para 600 jóvenes.