Muy lejos del brushing, las planchitas y todo lo que se pretenda "permanente", las nuevas generaciones (y también para las viejas generaciones de mujeres que le encuentran el lado glam a las canas) el pelo toma la forma del estado de ánimo, de la identidad o del grupo de pertenencia. Colores fantasía, cabezas peladas o rapadas conforman un lenguaje por fuera del que impone la belleza hegemónica. SOY visitó peluquerías, escuchó biografías capilares y aquí propone mover y abrir cabezas.