Nueve obras tanto para público adulto como niños formarán parte del “Ciclo de teatro de títeres y objetos” en el Centro Cultural de la Cooperación. Diversidad de temáticas, estéticas y técnicas de manipulación se verán reflejados en los espectáculos, que han sido premiados en varios rubros de los Premios Javier Villafañe, Teatro del Mundo y ATINA (los que entrega la Asociación de Teatristas Independientes para Niños y Adolescentes).
La que comienza el 1° de febrero y culmina el 1° de marzo es la 11° edición del ciclo, que se inició “con una programación mucho más escasa”, recuerda Antoaneta Madjarova, su coordinadora. Comenzó dirigido exclusivamente a adultos pero luego incorporó obras para chicos. En 2012 sumó las distinguidas por los premios Javier Villafañe, que surgieron ese año. “El títere está muy instalado en el CCC”, destaca Madjarova. En síntesis, el ciclo es resultado de una sinergia de distintas propuestas del espacio de Corrientes 1543: aparte de los premios, el programa Arte en la Escuela y la edición de libros de la disciplina, entre otras.
Las obras para público adulto que podrán verse son Aleluya erótica y Acerca de Discépolo, del Grupo Libertablas; Coghlan, de Sergio Mercurio, espectáculo invitado de la provincia de Buenos Aires, y La sombra diabla, trabajo de sombras de Ada Dorrego y Marisa Taboadela. “Los títeres empiezan hace muchísimos siglos como un arte para adultos. En los años cincuenta comienza a desarrollarse rápidamente el teatro de títeres para niños. Y se empieza a generar la idea de que son solamente para ellos. Uno de nuestros objetivos es preservar su trayectoria e historia, formando público para adultos”, puntualiza Madjarova.
Los espectáculos de esta sección serán siempre a las 20. Aleluya erótica (sábados 1, 8 y 15 y domingos 2 y 9) es una versión de la obra de García Lorca Amor de Don Perlimplín. Se sumerge en la temática del amor idílico, el físico, el desparejo; el que se funde con la muerte. Acerca de Discépolo (domingos 16 y 13 y sábado 22) es una adaptación libre de Mateo, Cremona y Stéfano, de Discépolo. La sombra diabla transporta al mundo del carnaval andino y se puede ver los viernes 7 y 14. Por último, en Coghlan, una mujer recorre su niñez y da cuenta de cómo los sucesos políticos y sociales atraviesan y modifican a las personas (sábado 29 y domingo 1° de marzo).
Por otro lado, para niñes y toda la familia podrán verse Chocolate por la noticia, de Mariano Cossa, obra en la que una curiosa nena de ocho años quiere saber cómo participaban las mujeres argentinas en los sucesos de la Revolución de Mayo (sábados 22 y 29). Evitácora, de Ana Alvarado, se propone despertar interés acerca de la vida y obra de Eva Perón, y se podrá ver los sábados 8 y 15. También integran la programación LIeBRE, de Daniela Fiorentino y Carlos Peláez (domingos 9, 16 y 23); Con esta lluvia, de Silvina Reinaudi y Carlos Martínez (sábados 1 y 2); y Paseo para títeres y orquesta, espectáculo de títeres y música en vivo sobre “Cuadros de una exposición”, de Mussorgsky, por el Cuarteto Polok y la compañía de títeres Pole Pole (viernes 21 y 28). Para los chicos se propone el horario de las 17.
“Es un ciclo muy rico en términos de poéticas y estéticas. Hay grupos con distinta trayectoria que emplean distintas técnicas. Hay teatro de títeres más tradicional, como los de retablo (Con esta lluvia), y obras que pueden combinar una orquesta en vivo con un pequeño retablo (Paseo para títeres y orquesta). Otras combinan títeres con actores, o títeres, actores y objetos”, describe la titiritera y directora de origen búlgaro.
Respecto del panorama actual de este arte, resalta su “gran desarrollo”, la existencia de “muchas y muy buenas producciones” desde los noventa, cuando se produce “el desarrollo de pequeñas salas y la creación del Instituto Nacional del Teatro”. “Se produce mucho y cada vez de mejor calidad. Hay búsqueda, investigación, experimentación permanente. Se nota la inversión en producción, cosa que no notaba tanto en los noventa, cuando llegué a la Argentina. Lo digo en términos de producción estética, visual y musical. Me gustaría ver una mejora en la dramaturgia: creo que es una falta a nivel mundial, no hay tanta dramaturgia de títeres escrita. También en lo que es teoría”, concluye Madjarova.