Los incendios forestales continúan avanzando en Australia. Este viernes, las autoridades de Canberra, la capital en la que viven más de 345 mil habitantes, declararon el primer estado de emergencia en casi dos décadas. Un estremecedor video, capturado por el canal de noticias Nine News, de Melbourne, muestra como en tan sólo 90 segundos el fuego avanza sobre un grupo de bomberos y policías que trabajaba en el lugar y que se ven obligados a salir corriendo para no quedar atrapados en el fuego.
El estado de emergencia se tomó como una medida de contingencia frente a las condiciones climáticas de los próximos días, que podrían extender los incendios a los barrios periféricos de la ciudad.
La situación "puede volverse incontrolable", advirtió el ministro jefe del Territorio de la capital australiana, Andrew Barr. Según el funcionario, el estado de emergencia “es la señal más fuerte que podemos enviar a la comunidad local de que debe prepararse y preparar a sus familias".
La medida de excepción estará vigente mientras Canberra esté en riesgo. Es la primera vez que se declara un estado de emergencia en el territorio de la capital australiana desde 2003, cuando los incendios destruyeron casi 500 viviendas.
La principal amenaza proviene de un enorme incendio en el valle de Orroral, que ya convirtió en cenizas alrededor de 18.000 hectáreas de matorrales.
Las temperaturas alcanzaron el jueves los 40 grados centígrados en el estado de Australia del Sur, donde se emitieron advertencias de clima peligroso en varias áreas propensas a incendios forestales.
Se espera que la ola de calor llegue a Melbourne y Canberra este viernes, y que partes de Sídney alcancen los 45 grados centígrados el fin de semana.
Las autoridades dicen que el calor abrasador, acompañado de vientos secos, traería severas condiciones de incendios forestales a partes de Nueva Gales del Sur y Victoria, dos estados donde aún hay más de 80 focos encendidos.
El clima extremo azotó partes de Australia en las últimas semanas, con granizo gigante, inundaciones y deslizamientos de tierra. Al menos 33 personas murieron por el fuego desde que comenzaron los incendios y vastas zonas del país fueron arrasadas.