Fue parte de la gran camada de actores que apareció en Hollywood en la renovación de los años 60, ganó dos Oscar, protagonizó unos cuantos clásicos, se permitió un bolo en una de las mejores comedias de la historia y se animó a ser el villano archirrival de Superman. Gene Hackman, una de las caras más reconocibles del cine norteamericano cumplió el 30 de enero 90 años.
Eugene Allen Hackman nació en San Bernardino, California, el 30 de enero de 1930. Tras la separación de sus padres vivió con su hermano en Illinois,en casa de una abuela y se enroló en la Marina. Falseó su edad y así estuvo en China hasta el momento de la victoria de Mao en 1949. A su vuelta, comenzó a trabajar como periodista en varias radios.
A comienzos de los 60 comenzó a estudiar actuación, y así fue como conoció a otro actor clave de los años por venir: Dustin Hoffman. De a poco se insertó en programas de TV y en el circuito teatral de Nueva York. Así hizo el tránsito hacia el cine, donde comenzó con pequeños papeles. Hasta que después de Hawaii le llegó la consagración en una de las películas decisivas del Hollywood de los años 60.
Warren Beatty dio un salto como productor y convocó a Hackman para Bonnie y Clyde. La película sobre la historia real de la pareja de asaltantes de los tiempos de la Depresión fue un éxito de taquilla en 1967. Hackman interpretó a Buck, el hermano del Clyde personificado por Beatty y su papel le valió la nominación al Oscar como actor de reparto.
Tres años más tarde, repitió nominación en la misma categoría por Nunca canté para mi padre. Para entonces, ya estaba embarcado en la película que arrasaría con los Oscars en 1971,incluyendo el de mejor film del año y el de mejor actor para Hackman: Contacto en Francia. La historia real de la investigación para desmantelar la red de tráfico de droga desde Marsella hasta Nueva York fue dirigida por William Friedkin y dejó una de las escenas más impactantes del cine policial, o del cine a secas: la persecución de Hackman, que con un auto sigue al tren en el que escapa Marcel Bozzuffi. En 1975, Hackman protagonizará la segunda parte.
En 1972 formó parte de un clásico del cine catástrofe de esos años: La aventura del Poseidón, donde hizo del cura que lidera a un grupo de pasajeros en su intento por escapar de un crucero dado vuelto por una ola gigantesca.
Consagrado como una de las grandes estrellas de Hollywood, Hackman tuvo un papel de apenas cinco minutos en El joven Frankenstein de Mel Brooks, en 1974. Su escena junto a Peter Boyle quedó como una de las más recordadas de la comedia protagonizada por Gene Wilder.
Sin embargo, 1974 sería el año de La conversación. Dirigida por Francis Ford Coppola, el realizador de El Padrino había escrito el guión antes del estallido del escándalo Watergate, que el año de estreno de La conversación le costó la presidencia de Estados Unidos a Richard Nixon. En una película de ribetes claustrofóbicos, Hackman es Harry Caul, un experto en captar conversaciones ajenas. Hasta que queda atrapado en su propio juego.
Más tarde, en 1978, se puso en la piel de Lex Luthor cuando Superman llegó a la pantalla grande. El mundo comentaría la fortuna que cobró Marlon Brando por su rol de diez minutos, pero sería Hackman el puntal de la película junto a Chistopher Reeve. Ambos volverían a hacer los mismos personajes en Superman II, en 1980, y en Superman IV, en 1987.
Los años 80 lo vieron en películas como Bat 21,junto a Danny Glover, ambientada en Vietnam; el thriller político Sin Salida, junto a Kevin Costner, donde interpretó a un secretario de Defensa involucrado en un affaire de ribetes trágicos; y Hoosiers, alabada como una de las mejores películas de deportes de la historia, donde hizo de un duro entrenador de básquet en un pequeño pueblo de Indiana.
Sin embargo, sería Mississippi en llamas la película de esa época que le valdría su primera nominación al Oscar desde el premio por Contacto en Francia. En aquella película de 1988, basada en hechos reales, personificó a un agente del FBI que investiga los crímenes del Ku Klux Klan en pleno debate por los derechos civiles en 1964.
Hackman se quedó sin la estatuilla, pero en 1992 se llevó el premio como actor de reparto por Los imperdonables, el western crepuscular de Clint Eastwood. Cuatro años más tarde volvieron a trabajar juntos en Poder absoluto, donde hizo de presidente de los Estados Unidos.
Más tarde, ganó el Globo de Oro como actor de comedia por The Royal Tenembaums, la comedia disruptiva de Wes Anderson, en 2001, y un año más tarde recibió el premio Cecil B. DeMille a la trayectoria en la ceremonia de los Globos de Oro. También se dio el gusto de trabajar con Hoffman en Runaway Jury.
Sin embargo, el comienzo del nuevo siglo lo hizo pensar en dejar la actuación. Welcome to Mooseport, una comedia en la que volvió a hacer de presidente, siginificó su última película a la fecha. En 2004 anunció su retiro y pasó a dedicarse a la pintura y a la literatura. Desde entonces, ha publicado novelas como el thriller Pursuit y el western Payback at Morning Peak. En 2012 fue noticia por un accidente, cuando resultó atropellado mientras circulaba en bicicleta. Casado dos veces, con tres hijos, los devotos del sistema decimal, al decir de Borges, se harían un festín al comprobar, en la base de datos Internete Movie Data Base, que Hackman acumula, entre cine y televisión, cien producciones.