Desde Roma
En su tercer y último día en Roma, el presidente Alberto Fernández mantuvo una reunión con el director de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), el chino Qu Dongyu, con el cual acordó que los técnicos de la organización internacional viajarán a la Argentina para ver cómo se puede ayudar al país a fin de que “la Argentina alimente adecuadamente a los argentinos”, dijo el Presidente.
En una breve conferencia de prensa que ofreció Fernández al salir del encuentro de media hora con el director Qu Dongyu, contó que le explicó al dirigente FAO los problemas que ha “encontrado en Argentina a nivel de pobreza y de hambre”, subrayándole además su decisión como gobierno de hacer una campaña “para acabar con el hambre”.
“Yo digo que la reunión fue muy positiva. Tanto el director general como yo estamos dispuestos a ponernos a hacer cosas, a dejar de hablar y a resolver los problemas -añadió-. Me interesa mucho su idea de ayudarnos a aplicar tecnologías que a su vez ayuden a los pequeños productores, a los que llevan adelante una economía familiar. El director general tiene una gran experiencia en este sentido porque se desempeñó como viceministro de Agricultura en su país."
Qu Dongyu le ofreció que los técnicos de la FAO viajen a la Argentina y se vean con el ministro de Desarrollo Social para analizar las necesidades que existen y, explicó el Presidente, ver los mecanismos disponibles “para ayudarnos en las tareas que estamos llevando adelante”. Aunque no precisó la fecha posible del viaje de los técnicos, indicó que “será tan pronto como se pueda” y que sobre eso “se pondrán de acuerdo nuestro embajador y el director general”.
Del encuentro participaron también otros miembros de la delegación que acompaña a Fernández en su gira por Europa. Entre ellos el canciller Felipe Solá; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; y el jefe de Gabinete de Cancillería, Guillermo Justo Chaves. También estuvo presente Carlos Cherniak, representante permanente de Argentina ante la FAO, confirmado recientemente en su cargo por el gobierno de Fernández y exresponsable de Derechos Humanos ante la Embajada Argentina en Italia entre 2011 y 2015.
Al concluir la rueda de prensa y cuando el presidente Fernández se estaba dirigiendo hacia la salida de la FAO, una familia de ítalo-argentinos lo estaba esperando para saludarlo y el presidente no tuvo ningún problema en abrazar a cada uno de ellos y sacarse una foto. El jefe de la familia, el cordobés Mario Antonio Leiva, un exprisionero político que trabaja como empleado en la Embajada Argentina en Italia, estaba emocionado y contó a este diario por qué quiso ir a saludar al presidente. “Yo soy un peronista de nacimiento. A Fernández lo conozco desde siempre, aunque no personalmente. Por eso quise saludarlo ahora que es presidente”, contó a Página 12.
Leiva, 72 años, hace 42 que vive en Italia. Fue detenido en 1975, en Córdoba, donde era “obrero peronista”, como él mismo se define, en una fábrica de automóviles. “Yo pertenecía al gremio SMATA de Córdoba”, recordó. Tal vez por eso lo arrestaron. Estuvo detenido cuatro años, en varias cárceles. Primero en la Unidad Penitenciaria Número 1 de Córdoba, que después del golpe se transformó en un campo de concentración. Luego pasó a las cárceles de Sierra Chica, La Plata, y a unidades de la Policía Federal. “Nunca me llevaron a la vista, siempre en el baúl de un auto –contó-. Por eso no sé qué aspecto externo tienen esas cárceles. Las conozco sólo de adentro." Su esposa es italiana, se conocieron en la Argentina, pero gracias a esa nacionalidad que él podía adoptar por el matrimonio y aunque todavía no la tenía, logró salir del país en 1979 y viajar a Roma.
El presidente Fernández y su comitiva partirán el domingo a Alemania para encontrarse el lunes en Berlín con la primera ministra Angela Merkel. El martes continuará a Madrid donde se reunirá con el presidente del gobierno español Pedro Sánchez. Ese día por la noche partirá a París para verse el miércoles con el presidente francés Emmanuel Macrón.