El Reino Unido se mostró firme el domingo en su voluntad de liberarse de las reglas de la Unión Europea después del Brexit, prenunciando un nuevo e intenso enfrentamiento sobre su futura relación comercial.
Al salir oficialmente de la UE el viernes por la noche después de 47 años de membresía tormentosa, Reino Unido debe redefinir los términos de su relación en áreas de comercio, seguridad, pesca o educación, entre otras, con el bloque.
Y para conseguirlo solo tiene un período de transición de 11 meses que Londres ya se niega a extender.
El primer ministro Boris Johnson, el gran apóstol del Brexit, presentará su visión del lugar del Reino Unido en el mundo el lunes, mientras que el mismo día el negociador europeo Michel Barnier debe detallar sus prioridades.
La prensa británica dice que Boris Johnson tiene la intención de endurecer el tono en un discurso "sin concesiones".
Con el Brexit "estamos recuperando el control de nuestras leyes. No lo hacemos para alinearnos con las normas de la Unión Europea", advirtió el jefe de la diplomacia británica Dominic Raab en declaraciones a la cadena Sky News.
"Estoy seguro de que la UE querrá respetar su compromiso con un acuerdo de libre comercio del tipo concluido con Canadá", agregó, y vio en esta opción "una oportunidad de obtener un beneficio para todos".
Tal acuerdo permitiría al Reino Unido liberarse de las reglas europeas, un símbolo de libertad que alaba Johnson, detractor de los estándares de la UE de los cuales ya se burlaba cuando era periodista en Bruselas.
Pero los funcionarios europeos han advertido que si Londres quiere un acuerdo aduanero ventajoso que abra el mercado europeo a sus productos y viceversa, no podrá liberarse por completo de las normas comunitarias.