Una larga lista de militantes revolucionarios serán recordados hoy en un acto que se realizará a partir de las 18, en la plaza Héroes de Palomitas, en la avenida Hipólito Yrigoyen 750 de la ciudad de Salta

La convocatoria es del Frente de Liberación Nacional y Social Regional Salta, que tras "varias consultas a distintos espacios del campo popular" llegó a la conclusión de que "el día 3 de febrero debe ser declarado en Salta el ‘Día del Militante Revolucionario y Popular de Salta’”.

La fecha fue elegida porque ese día fallecieron Lucrecia Barquet, en 2004, y Armando Jaime, en 2018. “Entendemos que ambos fueron y son referentes provinciales, nacionales e internacionales de las luchas por los derechos humanos y emancipadores de los pueblos trabajadores, originarios y populares de la región. Es por ello que entendemos justo traer a la memoria a todos esos militantes revolucionarios y populares que desaparecieron, que fueron fusilados, que sufrieron cárceles, que sufrieron exilios forzosos, que murieron en combate o que dejaron sus vidas por distintas enfermedades y dolencias”, sostuvo el Frente de Liberación en la convocatoria.

Lucrecia Barquet militó en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Estuvo detenida ilegalmente entre el 2 de abril y el 31 de mayo de 1976. Cuando recuperó la libertad continúo bregando por la liberación de otros detenidos, y la averiguacion del paradero de los desaparecidos, en la Comisión Nacional de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Gremiales. Incluso en los años de la dictadura se organizó para acercar ayuda a los familiares de las víctimas de la represión. 

En 1979 tuvo que exiliarse en Suecia y regresó a la provincia ene 1980 y fue una de las fundadoras de la sede local de la Comisión de Familiares para seguir la lucha para juzgar a los represores. En esa tarea, junto a la historiadora Raquel Adet publicó el libro "La represión en Salta - 1970 1983. Testimonios y documentos", que reúne información sobre los desaparecidos en la dictadura en la provincia y que es usado como prueba en los juicios por estos delitos de lesa humanidad. La Universidad Nacional de Salta la reconoció nombrándola doctora honoris causa. Junto a ella militó Coca Gallardo, otra que será recordada hoy. 

Armando Jaime ingresó al campo laboral como obrero textil pero luego ejerció la docencia en Santa Victoria, en la Puna salteña. Influenciado por el entonces gobernador Carlos Xamena, comenzó su militancia en la Juventud Peronista. En el golpe del 55 fue dejado cesante y comenzó a ser perseguido, por lo que se fue a Tucumán, donde militó en la Resistencia Peronista. Regresó a Salta en 1958 y siguió su militancia en el ala izquierda. Se encolumnó en el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) y luego en el Frente Revolucionario Peronista (FRP)

En la década del 60 Jaime saltó a los diarios porque en oportunidad de la visita de los reyes de Bélgica fue uno de los organizadores de una manifestación con la cara del patriota independentista africano Patrice Lumumba. En ese acto se quemó una bandera belga y Jaime y otros militantes estuvieron más de un año detenidos. Más tarde fue un activo militante de las movilizaciones que se sucedieron tras el Cordobazo. En 1971 estuvo detenido otra vez y fue uno de los liberados por el pueblo en 1973, aunque en el 74 fue nuevamente detenido. 

En la década del 70 fue uno de los organizadores de la CGT Clasista, y acompañó la candidatura a gobernador de Miguel Ragone, otro militante (secuestrado y desaparecido en 1976) que será recordado hoy. 

Ya distanciado del peronismo, Jaime participó de la creación del Frente Antiimperialista y por el Socialismo (FAS), e integró una fórmula presidencial con Agustín Tosco. En 1976, con la llegada de la última dictadura, tuvo que exiliarse, pasó por varios países de Latinoamérica y terminó en España, desde donde se organizó y denunció el accionar terrorista en el país. De regreso a Argentina, ya con la democracia, siguió militando activamente y fue testigo principal en causas por delitos de lesa humanidad. Una de sus últimas apariciones públicas fue para señalar a Macri como un enemigo de la clase obrera.

Las historias de los otros "militantes revolucionarios y populares" que serán recordados hoy se entrecruzan con los de Lucrecia Barquet y Armando Jaime. Eduardo Fronda integraba el Sindicato de Vendedores Ambulantes y estaba en la Lista Verde, la que llevó a Ragone a la gobernación en 1973. Fue asesinado por un grupo de tareas.

Gladys Porcel provenía de una familia peronista y militaba en el Frente Revolucionario 17 de Octubre (FR-17). Con su primer compañero, Aníbal Puggioni (asesinado por la Triple A en 1974), tuvo dos hijos, Tupac y Fidel. El 28 de octubre de 1976 fue secuestrada y desaparecida junto a Juan Carlos Arroyo y Marta Taboada. Gladys estaba embarazada de cinco meses.  

Este será uno de los primeros actos públicos en la provincia en que se recuerde al artista y docente Rubén Alvarez. Militante del PRT y ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), detenido por razones políticas, recuperó su libertad en 1983. En 1984 pasó del Partido Intransigente (PI) a formar parte del Movimiento Todos por la Patria (MTP), que en 1989 intentó tomar el cuartel de La Tablada. Alvarez falleció en ese intento

En el acto también serán recordados Juan Carlos Salomón, compañero de militancia de Jaime, y un primo hermano de éste, el periodista Luciano Jaime, asesinado en 1975 por un grupo de tareas. Y se traerá también a la memoria a Julio Raimundo Arroyo, militante y detenido político, y Alfredo Mattioli, otro que cruzó sus acciones con Armando Jaime y que fue también fue asesinado en 1975. 

El recordatorio será también para la poeta Kuky Herrán y el militante comunista y de derechos humanos Germán Lozano Cazón, fallecido recientemente. 

Además, en la convocatoria, el Frente de Liberación destacó que con esta celebración traerán “a la memoria a esos pueblos originarios que dieron batalla al invasor español, portugués, británico", a los patriotas que lucharon por la independencia y "se planteaban la patria grande”; a “esos anarquistas y comunistas de principios del siglo pasado que bregaron por los derechos de los trabajadores de todo el continente”, a los "cristianos tercermundistas que entendieron que la desigualdad, la marginación y la explotación no es virtud de un buen cristiano”. Y a “esos militantes revolucionarios y populares que dieron su vida y libertad enfrentando a las más sangrientas dictaduras de nuestro continente y que levantaron las banderas del antiimperialismo y el socialismo” y “a nuestras queridas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y a todos los organismos de derechos humanos, hoy más actuales que nunca en sus reclamos de juicio y castigo a los responsables”.