Los Kansas City Chiefs lograron el Superbowl LIV al imponerse en la noche del domingo por 31-20 a los San Francisco 49ers en la final de la NFL que se disputó en el Hard Rock Stadium de Miami, después de protagonizar otra épica remontada, como les había pasado en las dos rondas anteriores, ante los Houston Texans y ante los Tennessee Titans.
Parecía que todo estaba perdido para Pat Mahomes y los Chiefs, que habían permitido 17 puntos seguidos de San Francisco y caían 20-10 cuando restaban poco más de siete minutos para el final del juego. Para colmo, tenían que avanzar 15 yardas en tercera oportunidad para lograr el primero y 10 que les permitiera mantener esperanzas de éxito. Si tenían que despejar en ese ataque, el partido prácticamente quedaría sentenciado.
Sin embargo, en ese momento apareció el brazo mágico de Mahomes, el jugador más valioso (MVP) de la última temporada, para rescatar a su equipo. El mariscal de campo de 24 años, llamado a ser la gran estrella del fútbol americano durante la próxima década pero que venía de sufrir una intercepción y una captura, corrió más de 10 yardas hacia atrás para contemplar el panorama y sacó un pase de 56 para conectar Ty Hill, que atrapó el balón para darle aire al equipo. Gracias a esa jugada, los Chiefs llegaron hasta la yarda 22 de San Francisco y completaron esa ofensiva con un touchdown que los puso en partido.
A partir de esa jugada, que dejó el marcador 20-17 para los Chiefs, Mahomes desplegó todo su talento para que Kansas consiguiera otro touchdown que le permitió tomar la delantera en el marcador. Con San Francisco desesperado por volver a dar vuelta el marcador, los Chiefs lograron otra anotación que aseguró la victoria y el título de campeón después de 50 años.
Tan importante fue el aporte de Mahomes en esa última parte del juego que los especialistas lo eligieron como el MVP del Superbowl, con lo que se convirtió en el jugador más joven de la historia en lograr las tres mayores distinciones para un futbolista de la NFL: ganar un Superbowl, ser elegido el MVP del partido y ser nominado el jugador más valioso en una temporada.
Como muchas veces, las estadísticas no reflejan lo determinante de su actuación. Mahomes fue designado MVP tras lanzar para 286 yardas (promedio de 6.8 yardas por intento), dos touchdowns y una intercepción para un rating 78.1, unos números nada extraordinarios. Pero esos últimos siete minutos y 15 segundos en los que mostró todo su talento para cambiar el destino del partido pasarán a la historia de la NFL.