La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) le solicitó al Banco Central que frene las ejecuciones judiciales por deudas atrasadas que tiene las pymes y diseñe un plan para “reperfilar” esos pasivos. El pedido se realizó este lunes porque es la fecha en que terminó la feria judicial. “La situación de las pymes es verdaderamente comprometida”, dice la carta dirigida a Miguel Ángel Pesce.
El Gobierno anunció la semana pasada la puesta en marcha de una moratoria para micro, pequeñas y medianas empresas. Permitirá financiar en plazos de hasta 10 años toda deuda impositiva, aduanera y de la seguridad social, y pagar una única cuota mensual. La iniciativa prevé la condonación parcial de intereses y total de multas, y las empresas que ingresen serán beneficiadas por una quita promedio del 42 por ciento sobre el total de sus deudas. De ese modo, lo que se buscó es apuntalar a las pymes luego cuatro de años de caída de la actividad, de los salarios y del consumo, combinado, a la vez, con un fuerte aumento en las tasas de interés.
Las entidades pymes celebraron el anuncio oficial, pero ahora buscan alguna medida que las proteja frente a los bancos. Las pymes mantienen en la actualidad un stock de deuda en pesos con los bancos por 236.663 millones y en dólares por 2.581 millones, sumando un monto total equivalente a casi 400 mil millones de pesos. Pero no es capital adeudado en sí lo que más dificulta su repago, sino las tasas altas que conllevan esas deudas, en un contexto donde muy pocos negocios están dejando rentabilidades que permitan afrontar semejantes costos.
CAME reconoce en su carta que las tasas están bajando y califica el hecho como “una buena noticia”, pero advierte que el traslado a las tasas por créditos tomados es muy lento todavía, dejando expuestas a centenares de empresas a ser ejecutadas en las próximas semanas.
Según estimaciones de CAME, las pymes destinan más de 16 mil millones de pesos mensuales sólo a pagar los intereses de sus deudas con bancos, sin incluir multas por moras, otros cargos, ni los pagos de capital. “Eso viene derivando en atrasos permanentes, que incrementan más esos pasivos, y desencadenan en el peor escenario: nuestras empresas directamente no pueden cumplir, como lo registra el salto en las tasas de morosidad, y quedan al borde de la ejecución, que representa la antesala de la quiebra”, destacó la entidad en un comunicado.
En la carta enviada a Pesce, CAME le recuerda que, según cifras de la propia autoridad monetaria, la tasa de morosidad de las empresas, que era de apenas 1,1 por ciento hace 18 meses, se multiplicó por más de 5 veces, llegando a 5,7 por ciento en noviembre (último dato disponible). “No se registra una tasa de mora tan elevada desde que el Banco Central comenzó a difundir esa ratio, en diciembre de 2006. Y si se abre por tamaño de empresas, la morosidad de las pymes es más elevada aún”, remarcó CAME.
La entidad empresaria sostiene que las pymes son claves como creadoras de empleo, inversoras y vanguardistas en la innovación. Además, de ser el sostén de miles de familias.
“Esperamos sepa comprender la emergencia del pedido que estamos realizando y dar lugar a frenar cualquier acción negativa que puedan tomar los bancos en las próximas semanas contra las pymes”, dice el texto. Luego concluye diciendo que “consideramos fundamental y necesario definir un esquema de reperfilamiento de esos pasivos para darle previsibilidad a los bancos y sustentabilidad a las empresas teniendo en cuenta el contexto recesivo actual”.