"Pegale, matalo", sería la arenga que se escucha, de boca de uno de los rugbiers detenidos, en la proyección de un video que estaba en uno de los celulares de los acusados por el asesinato de Fernando Báez Sosa. Consultado sobre esa versión, Fernando Burlando, abogado de la familia de la víctima, reconoció a Página/12 que la fiscal de la causa, Verónica Zamboni, le confirmó que en uno de los teléfonos de los rugbiers encontraron "un video tomado durante el ataque, cuando lo están golpeando, y en los momentos previos al ataque".
El abogado aclaró que él no vio todavía el video, pero que "eso fue lo que me transmitió la fiscal". Agregó que aparentemente se escucha "el 'matalo, matalo', que dicen haber escuchado los testigos, que también hablan de otra frase 'me lo llevo de trofeo' y que creo que el 'matalo' está".
Por otro lado, Graciela Sosa, la madre de Fernando, contó la comunicación telefónica que mantuvo el domingo con el Papa Francisco
. “Por lo general me levanto tarde porque a la noche tomo una pastilla para que se me pase esta tristeza. A las once suena el teléfono de mi marido, atiende él, y nos dijo que era el Papa. Nos dijo que estaba presente con nosotros, nos pidió disculpas y nos dijo que nos va a acompañar siempre, que el dolor es muy grande. Fue un día muy emocionante. Nos emocionamos mucho”.
La secuencia que registra momentos clave del ataque fue grabada por uno de los imputados y ahora podría reforzar la numerosa prueba en contra de los diez rugbiers. El video forma parte de la información obtenida de los diez teléfonos celulares secuestrados –nueve de ellos de los detenidos por el homicidio- que ya está en poder de la fiscal de la causa. Los datos, reunidos en dos discos extraíbles, corresponden a seis teléfonos iPhone, dos Huawei, un Motorola y un Samsung S10.
El décimo aparato secuestrado es el de Pablo Ventura, el joven que fue liberado luego de comprobarse que nunca estuvo en la escena del crimen y acerca del cual en los celulares de los rugbiers se hallaron “memes y bromas dirigidas".
El único celular que no pudo ser hallado es el de Ayrton Viollaz, uno de los imputados.
Los celulares fueron analizados por expertos de la División de Operaciones Técnicas de la Agencia Regional de la Policía Federal, con sede en Mar del Plata. Ahora, la información será analizada por la fiscal Zamboni, con la colaboración de un equipo de analistas de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Gesell. Se cree que hay elementos que permitirían avanzar en el análisis de las responsabilidades que le corresponden, en el crimen de Fernando, a cada uno de los diez detenidos.
Entre el material reunido, hay mensajería de texto, Whatsapp, capturas de pantalla y videos. Se dijo que hay incluso elementos que fueron eliminados por cada uno de los imputados. Los peritos recibieron seis teléfonos Iphone, dos Huawei y un Motorola, que pertenecen a los rugbiers, y que habían sido secuestrados durante el allanamiento que se realizó pocas horas después del crimen, en la vivienda que alquilaban en Villa Gesell.
Los iPhone fueron los más difíciles de desbloquear por el “grado de encriptación” que tienen, aunque se aseguró que “todos pudieron ser recuperados”, entre ellos el celular de esas características que pertenece a Máximo Thomsen, uno de los acusados de ser co-autores directos del homicidio de Fernando. Los otros cinco celulares de la misma marca pertenecen a Lucas y Luciano Pertossi, Matías Benicelli, Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino, cuyo equipo, un 7 Plus, tiene la pantalla astillada.
Los peritajes incluyen también al Motorola G4 Plus de Enzo Comelli, quien fue señalado por testigos como uno de los que golpeó a Fernando Báez Sosa, un Huawei perteneciente a Blas Cinalli, y el Huawei BLL23 con pantalla astillada de Ciro Pertossi. El único del grupo cuyo celular no fue localizado ni en el domicilio ni en los dos autos estacionados en la finca allanada fue el de Ayrton Viollaz, acusado de ser "partícipe necesario" en el crimen.
El décimo dispositivo es el de Pablo Ventura, un Samsung S10 que le fue secuestrado al remero cuando fue detenido en la Delegación Departamental de Investigaciones de Campana, y que fue desbloqueado con la clave que el joven dio a la fiscal Zamboni, luego de ser dejado en libertad.