El presidente Alberto Fernández logró su objetivo de conseguir el apoyo de la canciller alemana Angela Merkel a la estrategia de renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Merkel escuchó durante la cena en la sede del gobierno alemán la exposición del ministro de Hacienda, Martín Guzmán, quien le adelantó los ejes de la propuesta que llevará la semana que viene a Congreso, que tiene como principio rector la "sustentabilidad" de nuevos plazos que acompañarán la reactivación económica. Pese al inusual horario nocturno, el encuentro se extendió casi una hora más de lo previsto y, a su término, Merkel salió hasta la vereda para despedir a Alberto Fernández. En la comitiva argentina percibieron una buena sintonía entre ambos. El Presidente volvió al hotel de muy buen humor.
"Es como si usted me invitara a bailar un tango y yo estuviera en terapia intensiva", graficó Alberto Fernández a Merkel la situación del país frente a los pagos que debe afrontar en la situación de recesión y altos niveles de desempleo y pobreza que dejó el macrismo como herencia. Algo similar les había planteado por la mañana a los empresarios alemanes con inversiones en Argentina con los que desayunó en el hotel Regent en el que se hospedó (ver aparte). A propósito de Mauricio Macri y su legado, el nombre del ex presidente fue mencionado tanto en el desayuno como en la cena. En ningún caso bien, sino que para todos fue una decepción por lo que prometía y no hizo. "Cuando fue lo del G20 yo tuve una impresión distinta", comentó Merkel luego de escuchar la demoledora descripción que hicieron Fernández y Guzmán sobre la situación de la economía argentina.
Merkel viajará en los próximos días a Africa, por lo que recibió a la comitiva argentina en un hueco de su agenda. Por eso lo atípico del encuentro con cena. Merkel recibió en el ingreso del moderno edificio de la cancillería a Fernández y luego pasaron a la presentación de las respectivas comitivas. El presidente argentino le recordó a Merkel que se conocían de una lejana cumbre Unión Europea-Mercosur que se hizo en Viena 15 años atrás, donde ya se había discutido en firme sobre la posibilidad de un acuerdo de libre comercio. El antecedente le sirvió al presidente argentino para asegurar que él no está en contra del acuerdo, pero que debe ser uno en el que "ganemos todos". Siguiendo el formato europeo, hicieron una declaración conjunta a la prensa antes de reunirse y comentaron aquel antecedente vienés.
Con fondo azul y banderas de ambos países y de la UE al costado, Merkel expresó “el interés muy grande” de la industria de su país por la situación en Argentina y en el Mercosur y la necesidad de ver cómo Berlín puede "apoyar y ayudar". "Sabemos que la Argentina no se encuentra en una situación económica fácil, y por eso es importante que hablemos de nuestras relaciones económicas también y pensar cómo desde Alemania, desde Europa, podemos apoyarle, y ayudarles", señaló Merkel en esa breve declaración.
Los argentinos que participaron reconocieron que se comió bien. Hubo conejo, lomo con papas rústicas y mousse de chocolate. Arrancaron con un brindis con vino blanco por "Argentina y Alemania". De un lado de la amplia mesa de madera lustrada, Fernández estuvo flanqueado por Guzmán y el canciller Felipe Solá, luego el resto de los miembros de la comitiva. En el centro de la mesa se colocaron arreglos florales y un reloj con el cual Merkel puede saber cuánto lleva de entrevista. Pero esta vez no pareció preocuparle porque la charla se extendió por diversos temas. Le preguntó sobre el peronismo, conversaron sobre Cristina Kirchner y también de Evo Morales, con asilo político en Argentina.
La canciller estaba muy interesada en conocer en detalle la situación política en América del Sur. La charla repasó los acontecimientos en Venezuela, Bolivia, Colombia, Chile, Perú y México. Respecto a Venezuela, ambos coincidieron que el diálogo entre todas las partes era la única solución posible para la crisis política. Merkel admitió que haber reconocido como presidente interino a Juan Guaidó pudo haber sido un error. Obviamente, también se habló de Brasil. Según la canciller alemana, la política desaprensiva de Jair Bolsonaro respecto a la conservación del Amazonas es otro punto que juega en contra del acuerdo Unión Europea-Mercosur.
Merkel quiso saber por qué en Argentina, pese a la crisis social, no había ocurrido un estallido como en Chile o Ecuador. "Porque en Argentina había elecciones y la gente pudo poner sus expectativas allí", respondió el Presidente. El razonamiento le sirvió para explicar su necesidad de primero hacer crecer la economía y atender las necesidades sociales más urgentes para recién después de un período de cuatro años de gracia honrar los pagos de la deuda. Por otro lado, como detalló Guzmán, la renegociación será "sin quitas y sin condiciones". "Estoy de acuerdo con lo que platean. Los vamos a apoyar", les aseguró Merkel. Era exactamente lo que habían ido a escuchar.
Luego, Alberto Fernández le comentó su reciente visita al Vaticano y de cómo el papa Francisco le había hablado en muy buenos términos de ella. "Sí, pero nunca vino a Alemania", le dijo Merkel, con cierto desencanto. "Bueno, a Argentina tampoco", le contó Fernández. Concluyeron que, evidentemente, Francisco había preferido recorrer países más postergados, acorde con su prédica pastoral.
Dada la situación de convulsión del continente, Merkel dijo ver a Alberto Fernández como "un líder emergente" de la región. El Presidente le respondió que contara con él para cualquier cosa que pudiera necesitar de América Latina que él haría lo posible por ayudarla. Por ejemplo, hacerle de contacto con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a quien dijo no conocer. Fue el broche para el encuentro. Alberto Fernández volvió muy satisfecho al hotel. "Me fue once puntos", le aseguró el Presidente al resto de la comitiva que lo aguardaba en la muy fría noche berlinesa. Hoy la gira seguirá en Madrid, donde la comitiva argentina estará sólo por unas horas, aunque suficientes para ser recibidos por el jefe de gobierno, Pedro Sánchez, el rey Felipe y empresarios con inversiones en el país.