Adelantado a su época, el sacerdote español Gabriel Téllez escribía bajo el seudónimo Tirso de Molina comedias de enredos donde el travestismo asumía un rol protagónico. Tal fue el caso de Don Gil de las calzas verdes, estrenada en Toledo en 1615, y considerada una de las obras más logradas del teatro barroco español. No era poca cosa a lo que se exponía el autor poniendo como protagonista a una mujer que se hacía pasar por hombre en tiempos donde la Inquisición velaba por el respeto a la heteronorma religiosa.

Cuatro siglos y cientos de debates después, el teatro oficial de Buenos Aires abre la temporada 2020 con un primer estreno que versiona al clásico de Tirso de Molina bajo la dirección de Pablo Maritano, y con la pluma del notable dramaturgo Gonzalo Demaría, quien rebautizó a la pieza como Siglo de oro trans, poniendo el foco en un potente alegato a favor de la diversidad.

En la célebre comedia, Doña Juana, mujer noble pero pobre de Valladolid, es abandonada por su prometido Don Martín, quien cambia su nombre por el de Don Gil de Albornoz para poder comprometerse con Doña Inés, una burguesa adinerada de Madrid. Pero Doña Juana no está dispuesta a dejar pasar esa traición y viaja a Madrid reconvertida en Don Gil (de las calzas verdes), con el objetivo de seducir a Doña Inés y evitar el nuevo matrimonio. La trama, ya de por sí intrincada, se complica más cuando Doña Inés se enamora a primera vista de aquel Don Gil sin saber que en verdad es Doña Juana.

La interpelación al esquema binario que aún hoy encorseta al género es el eje central de la puesta, y lo que más destaca es que eso no es una mera corrección política circunscripta a la dramaturgia o a lo representado en escena, sino que es algo que trasciende el margen de la ficción y llega hasta la decisión política de formar un elenco integrado en un buen porcentaje por personas trans, algo que a esta altura no debería sorprender, pero que es un elemento a destacar siendo que no es una práctica habitual de las artes escénicas aun en tiempos donde desde lo discursivo se pregona la aceptación de las disidencias sexuales.

Así, el personaje protagónico quedó en manos de Payuca Del Pueblo, a quien (como sus personajes) no le gustan las etiquetas. Para la actriz, esta es la primera vez que encabeza un papel principal, y en esta ocasión a ese desafío se suma el desdoblamiento de personalidades que realiza en escena cuando pasa de ser Doña Juana a convertirse en Don Gil o Doña Elvira, sus dos alter ego ficcionales. La conformación de un grupo de actores y actrices donde las identidades trans y cis interactúan no desde la diferencia sino como un todo orgánico artístico es precisamente el mensaje que quiere transmitir la historia.

En ese sentido, Payuca es quien encarna en el escenario la naturalidad de su intercambio de identidad. Su interpretación no está puesta en acentuar los estereotipos del género masculino o femenino sino más bien en flexibilizarlos, lo cual contrasta abiertamente con el personaje de Caramanchel, el criado de Don Gil, interpretado por Ariel Pérez de María, quien asume la mirada más prejuiciosa de la puesta, asombrado por la apariencia andrógina de su amo, y empeñado en atribuirle cualidades y deseos que encajen en lo que él entiende como norma.

Sobresale también en esta versión el extraordinario vestuario de María Emilia Tambutti, y el texto en verso de Demaría, quien jamás decepciona con su manejo del lenguaje riguroso y refinado, esta vez acercando el verso barroco al español porteño. Ya desde el prólogo, el autor se encarga de preparar el terreno para lo que el espectador va a ver: una obra donde el único género es el humano.

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SIGLO DE ORO TRANS (Versión libre de Don Gil de las calzas verdes, de Tirso de Molina)

De Gonzalo Demaría.

Elenco: Fabián Minelli; Iván García; Emiliano Figueredo; Payuca Del Pueblo; Ariel Pérez de María; Maiamar Abrodos; Roberto Peloni; Monina Bonelli; Rodrigo Arena; Julián Ekar; Martina Nikolle Ansardi y Naty Menstrual.

Música en escena: Dolores Costoyas.

Coordinación de producción: María La Greca.

Producción técnica: Isabel Gual.

Asistencia de dirección: Jeremías Sapire y Mariana Melinc.

Asistencia de iluminación: Facundo David.

Asistencia de escenografía: Sofía Eliosoff.

Asistencia artística: Juan Francisco Dasso.

Diseño sonoro: Ariel Gato y Camilo Zentner.

Adaptación y dirección musical: Dolores Costoyas.

Diseño de iluminación: David Seldes.

Diseño de vestuario: María Emilia Tambutti.

Diseño de escenografía: Mariana Tirantte.

Dirección: Pablo Maritano.

Funciones: Viernes, sábados y domingos a las 19, en el Teatro de la Ribera (Pedro de Mendoza 1821).