Desde Santa Fe
Ayer fue una por otra. Miguel Lifschitz no participó en la convocatoria de la Casa Gris al socialismo para tratar la ley de Necesidad Pública y tampoco el gobernador Omar Perotti podía pasar por el despacho del ministro de Gobierno, Esteban Borgonovo, escenario del diálogo, porque a esa hora estaba en Rosario (ver aparte). Si Lifschitz no fue, Perotti tampoco. Y la distancia se repitió después en los gestos públicos: Borgonovo no acompañó al secretario general del Partido Socialista, Enrique Estévez, en el informe a la prensa, como sí lo había hecho en las rondas anteriores, con la UCR y el centro izquierda. Estévez recibió una copia del proyecto que Perotti enviará entre hoy y mañana al Senado, pero sólo prometió que “lo analizarán en profundidad”. Hasta ahí. “No hay ningún aval”, aclaró el jefe de su bloque, Pablo Farías, que lo acompañaba. Según Borgonovo fue una reunión “sincera” y “franca”. “Estamos recorriendo el trayecto que nos lleva de la confrontación al acuerdo”, se ilusionó. Lo que sí llevaron los socialistas fue una certeza, ante la pregunta de uno de ellos: Perotti y todos los funcionarios políticos de su gabinete sólo cobraron la mitad del sueldo de diciembre y no saben cuándo percibirán el resto ni el mes de enero. “Esa es la situación”, le dijo Borgonovo.
El ministro de Gobierno recibió a los socialistas junto a sus colegas de Gestión Pública, Rubén Michlig, y de Economía, Walter Agosto, quien se ubicó en la otra punta para no salir en fotos de cabecera. A Estévez lo acompañaron los diputados Farías, Joaquín Blanco y Claudia Balagué; la concejala Laura Mondino –enviada por el intendente de Santa Fe, Emilio Jatón- y el intendente de San José del Rincón, Silvio González, quien ya se pronunció a favor de la ley.
De entrada, Borgonovo les dijo a sus invitados que Perotti no iba pasar por su despacho porque estaba en Rosario. Lifschitz tampoco había llegado. “No estaba previsto que viniera”, lo justificó Farías ante Rosario/12. Así que las ausencias marcaron el contraste político. Perotti tuvo trato directo con el presidente de la UCR Carlos Fascendini (el lunes, y antes, por teléfono), con los Foros de Intendentes del radicalismo, el PS y el Frente de Todos (el 24 de enero) y con más de 80 actores económicos y sociales de la provincia que convocó al Salón Blanco (el 28 de enero). Pero no con su antecesor.
El diálogo con los socialistas comenzó en un clima distendido. Después de que Borgonovo les aclaró que el gobernador estaba lejos, uno de ellos le preguntó, en broma: “¿Cobraste el sueldo?"
-Les voy a decir la verdad. Cobramos la mitad de diciembre y no sabemos cuándo vamos a cobrar el resto y el mes de enero –los sorprendió el ministro de Gobierno.
-Para eso estamos acá, para defender a los funcionarios políticos –lo volvió a chicanear el legislador.
-Espero que tengan éxito en las gestiones. Esta es la situación –le devolvió Borgonovo. En el gabinete conocen la directiva de Perotti: todos los funcionarios políticos serán los últimos en cobrar, aún cuando los sueldos públicos se paguen en tiempo y forma. Lo que no ocurre, hasta ahora. Al salir de la reunión, Farías dijo que había sido uno de los temas de la agenda: “Le pedimos al ministro de Gobierno que normalice el pago a los trabajadores del Estado".
Estévez dijo que el diálogo con los ministros de Perotti había sido “cordial”. “Pusimos sobre la mesa las divergencias. Nos dieron un borrador de la ley y lo vamos a analizar en el Frente Progresista y decidiremos". Farías rescató el diálogo y explicó que los desacuerdos no deberían impedir “el trabajo con el gobierno” en la búsqueda de “mecanismos que puedan ayudarlo ahora en lo más urgente”, que es salir del bache financiero. “El punto positivo es que el gobierno salió de un esquema rígido de declaración de emergencia y piensa en las necesidades de la provincia más urgentes. Es un cambio importante respecto del proyecto que enviaron en diciembre (y que el bloque de Lifschitz mandó al archivo). Nosotros vemos eso con buenos ojos”. “Lo bueno” es que “el gobierno también dejó de lado la búsqueda de potestades especiales” o delegación de facultades de la Legislatura al Poder Ejecutivo.
Borgonovo coincidió que el trato con los socialistas fue frontal. “Se plantearon con toda franqueza puntos de vista, divergencias, pero nada de eso fue puesto como un obstáculo para conciliar posiciones. Me quedo con esta idea, que más allá de las diferentes interpretaciones, tenemos un terreno común para hablar y en concreto, ellos están dispuestos a tratar la ley. Más allá de las divergencias sobre las finanzas de la provincia, que son públicas, está la idea de llegar a un acuerdo y darle al gobierno la ley que necesita”. “Estamos recorriendo el trayecto que nos lleva de la confrontación al acuerdo”, sintetizó.