El ministro de Finanzas, Luis Caputo, pronosticó ayer que la economía crecerá este año entre 3 y 4 por ciento, pero en un contexto de inflación todavía elevada, aunque con tendencia declinante. Durante una exposición en el Congreso Económico Argentino (ExpoEFI), volvió a dar esperanzas de una supuesta recuperación de la actividad, mejora anunciada para el segundo de semestre del año pasado y sucesivamente postergada. Aseguró que el objetivo del gobierno es “desarrollar las condiciones financieras para impulsar el crecimiento”, haciendo referencia a una flexibilización que permita el ingreso de inversiones y endeudamiento. “Queremos desarrollar el mercado de capitales, fomentar el ahorro interno y darle a las pymes una fuerte alternativa de financiamiento”, aseguró Caputo, tras lo cual destacó que “a partir de eso hoy estamos financiándonos a las tasas nominales más bajas de nuestra historia”. De todos modos, el costo de la deuda todavía está lejos de lo prometido por el macrismo y el que se paga en la región. 

A principios de año Mauricio Macri había salido al cruce de las proyecciones del FMI que, pese a haber celebrado la política de ajuste del gobierno, manifestó su decepción por los resultados económicos. También la calificadora Moody’s, afín al gobierno, había señalado que América latina tendrá un crecimiento promedio de apenas 0,9 por ciento en el trienio 2016-2018 “debido principalmente a la debilidad en Brasil y Argentina”, y que continuará el aumento de la deuda por los problemas fiscales locales. Macri respondió que el simple hecho de crecer no era algo despreciable. 

Caputo se ajustó a las previsiones a las de la Ley de Presupuesto (3,5 por ciento) y aseguró que por primera vez en cinco años se crecerá entre 3 y 4 por ciento y que se dará en un contexto “de inflación alta, pero a la baja”. En la misma ley se prevé un techo para la inflación del 17 por ciento, aunque ninguna consultora e institución convalida esa meta para el transcurso de este año. 

El titular de Finanzas inició su disertación con una evocación a que hace un año estaba en el aeropuerto de Nueva York, junto al secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana, en plena negociación con los fondos buitre. Sobre ese punto, recordó que la negociación pasó por una serie de “pormenores”, que se prolongaron por tres meses. “Ya pasó un año de todo eso y es buen momento para hacer un balance de las medidas adoptadas en el 2016”, reflexionó Caputo, quien convalidó un acuerdo que implicó el pago de casi la totalidad de lo que demandaron los fondos carroñeros. Incluso se jactó de la sorpresa de los buitres porque se les haya pagado en efectivo y no en bonos. 

También destacó otras medidas, que implicaron una enorme transferencia de recursos a los sectores concentrados y que, a su entender, permitieron un mejor escenario a futuro. “Si no hubiéramos eliminado el cepo y las retenciones no tendríamos una cosecha record de trigo”, afirmó Caputo, en momentos en que las economías regionales se encuentran contra las cuerdas. Reiteró que se mantendrá la inflación alta, “pero a la baja”, con un Banco Central “responsable, independiente y comprometido con metas de inflación”. “Estamos en el camino correcto y nuestro primer objetivo es desarrollar las condiciones financieras para impulsar el crecimiento y el crédito, con las tasas nominales más bajas de la historia”, reiteró el funcionario.

Respecto al financiamiento, aseguró que la intención es que no sea “selectivo”. “Si queremos un crecimiento sostenido y equilibrado tenemos que lograr que el sector productivo y las pymes tengan acceso al crédito a tasas razonables”, sostuvo el funcionario. “Vamos a impulsar el crédito a mejores tasas y a plazos más largos, y no es un pronóstico, ya lo estamos haciendo”. Aseguró que el mercado de capitales es “muy chico comparado con los países de Latinoamérica”. “Nuestro objetivo es aumentar el ahorro interno, y en particular para las pymes, que son la fuente de generación de empleo”, concluyó.