Una discusión generada porque un detenido denunció que otro tenía unas “facas” disparó el motín que el jueves último provocó un incendio, con siete muertos, en la comisaría de la ciudad Pergamino, informó el fiscal de la causa, sin mencionar las condiciones de hacinamiento ni la prohibición de alojar detenidos en las comisarías.
En una rueda de prensa con medios locales, el fiscal Nelson Mastorchio, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3, dio los detalles.
“Lo que dicen los testigos es que dos de los fallecidos inician una pelea y después los meten en la misma celda”, explicó el fiscal, quien dio a entender que lo “lógico” hubiera sido que separaran a los reclusos.
Según Mastorchio, “fue un entredicho por una vendida de unas facas” porque uno de los detenidos, que prefirió no identificar, “andaba diciendo que el otro las tenía y se invitaron a pelear” en los calabozos. “Los sobrevivientes señalaron que a ellos los ‘engomaron’ (encerraron) por culpa de los otros y que los tendrían que haber encerrado a ellos dos y no a todos”, agregó.
A partir de esto, se dio “una escalada de hechos” que terminaron con el incendio de colchones y la posterior muerte de siete jóvenes por inhalación de monóxido de carbono y sofocación, según las autopsias.
El fiscal confirmó ese resultado y, consultado sobre las versiones de que algunos presos tenían golpes o puñaladas, agregó que sólo uno de los que participaron en la pelea tenía una herida punzocortante en la pantorrilla izquierda.
“El Instituto de Ciencias Criminalísticas y Criminología de Junín tiene equipamiento con tecnología de avanzada, donde, mediante resonancias magnéticas y radiografías, entre otras cosas, se pudo descartar que alguna de las muertes hayan sido por algún proyectil de arma de fuego”, subrayó Mastorchio. El fiscal hizo esta aclaración ya que, a poco de la tragedia, los familiares de las víctimas mostraron mensajes de texto en los que los jóvenes detenidos decían que la Policía los iba a matar y algunos hablaron de “tiros”. Finalmente, Mastorchio pidió que confíen en su trabajo: “Yo estuve ahí desde el primer momento y voy a estar hasta el último día vayamos o no a un juicio oral”, destacó, pese a que aún no hay ningún policía imputado en la causa.
El hecho se produjo el jueves por la tarde, luego de que dos presos conflictivos iniciaron una pelea que derivó en una quema de colchones y un posterior incendio en la zona de calabozos.
Una vez controlado el incendio, los bomberos hallaron muertos a siete de los 19 presos alojados, identificados como Sergio Filiberto (27), Federico Perrota (22), Alan Córdoba (18), Franco Pizzarro (27), John Mario Chillito Claros (25) –colombiano–, Juan Carlos Cabrera (23) y Fernando Emanuel Latorre (24).
En el marco de la investigación, la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense desafectó esa misma noche de sus funciones al oficial de servicio, subayudante Alexis Miguel Eva y al imaginaria de calabozos, sargento César Brian Carrizo, de guardia en el momento del incendio.
El procurador provincial Julio Conte Grand sostuvo que la superpoblación carcelaria “es motivo de preocupación” y adelantó que reclamará a los poderes Ejecutivo y Legislativo provinciales, “para que cumplan con las normativas nacionales e internacionales y alcanzar estándares para las personas en situación de encierro de manera urgente”.