Martín Mangas pone en números la reforma tributaria promovida por Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Exhibe que es moderada y que busca una mayor progresividad tributaria. "El impuesto inmobiliario implica en la Provincia casi 9 pesos de cada 100 pesos de recaudación, mientras que en la década del ´80, recaudaba 36 de cada 100 pesos. El rural recauda 3 de cada 100 pesos y las patentes automotores, 9 de cada 100. Es decir que las 25 millones de hectáreas de la Provincia de Buenos Aires aportan menos de 10 mil millones de pesos, pese a ser muchas de ellas de las más productivas del mundo. Kicillof planteó la importancia de subir este impuesto, no de forma radical, sino que pase a tributar 3 o 4 mil millones más, y de forma segmentada, ya que las propiedades de escaso valor tendrán solo un 15 por ciento de aumento frente a un 45 por ciento de inflación, mientras que aquellas de mayor valor tributarán no más de un 15 o 20 por ciento por sobre la inflación. Frente a eso, que era moderadísimo, se dijo que Axel era comunista y que el impuesto era confiscatorio, y ahí se ve que la capacidad de lobby y presión de estos pocos propietarios rurales es mucho mayor que la de los seis millones de titulares de vehículos de la Provincia. Pero también hay un problema de diseño institucional y político, ya que las secciones electorales del interior provincial tienen la misma cantidad de diputados y senadores que todo el conurbano y La Plata, con lo que la presión legislativa de los propietarios rurales es muy fuerte, bajo la lógica oligárquica con la que fue diseñado ese sistema", explica Mangas.
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