Mangas sostiene que la resolución 125 resultó ser en términos de progresividad tributaria un freno mayor de lo que usualmente se cree: "si bien es contrafáctico, posiblemente de haber avanzado la 125 se podría haber continuado en una reforma tributaria mas progresiva. Pero después de esa derrota, el Gobierno pareció concentrase en sólo sostener las retenciones, que en realidad fueron adoptadas por el gobierno interino de Eduardo Duhalde y que luego profundizó el kirchnerismo, llegando a recaudar tres puntos del PBI. Por fuera de esto no hubo reformas, aunque sí se produjo, por acción u omisión, un fuerte incremento en el impuesto a las Ganancias, porque las empresas ganaban plata y en las personas físicas no se actualizaron los montos, lo que hizo que cada vez más personas tributen. Eso en principio no estaba mal, aunque había que discutir esa actualización, porque había inequidades".
"El kirchnerismo no generó una matriz fiscal diferente, aunque es cierto que en la línea histórica, el nivel más alto de progresividad se dio en ese período. De cada 100 pesos recaudados en 2014, 42 provenían de impuestos progresivos, mientras que en el menemismo, eran 25 de cada 100 pesos, y con Cambiemos se ubicó en 35 de cada 100 pesos. Como mínimo, 50 de cada 100 pesos deberían ser progresivos. Lo ideal es lo que sucede en los países más desarrollados, en donde 60 de cada 100 son progresivos, con lo que el efecto distributivo no es sólo a través del gasto sino también a partir de la recaudación", concluye Mangas.