La aceitera Vicentín llegó a las puertas del concurso preventivo de acreedores, aunque por ahora intenta evitar que la Justicia intervenga en sus libros y procura arreglos mano a mano con sus acreedores. Es, por ahora, la última escena del estrepitoso default que golpea a toda la cadena de producción agrícola y que puso en el centro del escándalo la gestión de Cambiemos en el Banco Nación. Lo que ayer empezó como un rumor, no fue desmentido por la empresa con base en Avellaneda, Santa Fe, cuando a la tarde emitió un comunicado oficial. No mencionó literal el concepto de "convocatoria" o "concurso", pero ratificó su intención de realizar acuerdos individuales y colectivos con acreedores "cualquiera sea la figura jurídica aplicable". Antes de pedir la convocatoria en la Justicia, su directorio intenta un acuerdo preventivo extrajudicial (APE). O sea, arreglar por las buenas, aunque eso –las buenas– sea más una forma de decir que una posibilidad.
En el ambiente bursátil de Rosario se tiene por cierto que la catarata de medidas cautelares que una decena de acreedores presentó en Tribunales en los últimos días precipitó la decisión de la empresa. Lo que el gigante surgido hace 90 años en el norte santafesino adeuda oscila en 1300 millones de dólares. En esa bolsa se cuentan 350 millones prestados por el Nación, que dejó de devolver en agosto pasado, cuando Mauricio Macri perdió las primarias.
Algunos conocedores del paño estiman que Vicentín irá a concurso y se desprenderá de algunos activos como para hacer frente a la masa de acreedores. Su socia en el negocio del biodiesel, la suiza Glencore, le absorbería parte del patrimonio para el auxilio financiero. En esa dirección apunta el BNA, para recuperar el dinero prestado.
Ante la consolidación del rumor del pedido de concurso de acreedores para evitar probables pedidos de quiebra, esta jugadora del top ten exportador argentino, en default y con las plantas paralizadas desde diciembre, declaró ayer de manera oficial:
"Todos los esfuerzos de la empresa se encuentran dedicados a alcanzar los objetivos prioritarios que ha hecho saber a los distintos interesados: la defensa de las fuentes de trabajo, la rehabilitación de su actividad productiva, el restablecimiento de su operatoria comercial con sus productores y la restructuración de su pasivo financiero", dice el texto difundido.
"La propuesta realizada a los acreedores comerciales –prosigue la empresa– ha cosechado un gran número de adhesiones y nos encontramos trabajando en la instrumentación de los acuerdos individuales, como así también en la concertación de reuniones para conciliar y aclarar aspectos de la misma", afirmó.
En rigor, la propuesta de Vicentín había espantado a sus acreedores: pagar solo el 20% de la deuda dolarizada y el resto a 8 años, y con posibilidad de hacerlo en 6 años con los acopios que siguieran vendiéndole granos. Y para los acreedores de menos de 30 mil dólares, un plan especial y más breve. Después de esa oferta de pago, empezaron las acciones judiciales de las primeras firmas que exigen cobrar: BLD, Corredora Pampeana, Agro Giorgi, Bollatti, Bessone, Alianza Semillas, Willgan, Pincen, Rauten y Alz Mercados.
El comunicado alude a esas intimaciones: "Las medidas cautelares interpuestas por unos pocos acreedores comerciales, activadas en el período de feria judicial, han imposibilitado la puesta en marcha de las plantas, pese a que había interesados de primera línea en fasones que lo hubiesen permitido", reprocha Vicentín. Y asegura haber "iniciado conversaciones" con el BNA para "estructurar una propuesta aceptable para dicho banco y para todos los bancos oficiales".
La compañía con plantas en San Lorenzo, Ricardone y Avellaneda informó que "se avanzará en las negociaciones con los bancos privados locales e internacionales a los que se les presentará una propuesta que permita también alcanzar un pronto acuerdo con estos acreedores".
En este marco, ratificó: "Es la firme intención de Vicentín: a) salir de los problemas financieros actuales mediante un acuerdo con los acreedores en el menor tiempo posible, cualquiera sea la figura jurídica aplicable; y b) reactivar las plantas industriales lo antes posible, garantizando en cualquier escenario el mantenimiento de los puestos de trabajo". En este párrafo dejó abierta la posibilidad de un concurso preventivo de acreedores en la Justicia o un APE. Y lo reiteró más adelante:
"Insistimos que cualquiera fuera el procedimiento que asegure la mejor protección para lograr los objetivos manifestados, Vicentín no claudicará en su objetivo de alcanzar la concreción del plan de acción que fuera comunicado a los productores hace 10 días", expresó la empresa. La primera reacción de algunos acreedores, entonces, fue correr a Tribunales a pesar de la feria judicial.
Fue la única vía de comunicación empleada por Vicentín. Rosario/12 logró consultar a quien fuera CEO de la compañía hasta 2003, y presidente destituido de la Bolsa de Comercio de Rosario, Alberto Padoán, pero éste aseguró estar al margen de las últimas decisiones.
Vicentín reprobó el tratamiento periodístico que ha merecido su default en medios de todo el país, y expresó que es su "voluntad y obligación arbitrar todos los medios que estén a nuestro alcance para proteger los activos de la empresa y a nuestro personal, llevando tranquilidad a sus familias y a todas las comunidades en las cuales estamos presentes hace más de 90 años. De la misma manera ratificamos nuestra vocación de honrar los compromisos adquiridos con nuestros acreedores comerciales y financieros". Sus acreedores se permiten dudar.