Un trabajo de investigación de profesionales de la UNSa realizado en Santa Victoria Este señaló el año pasado el alto riesgo de mortalidad por desnutrición infantil en las comunidades originarias. En el período de un año, murieron 13 niños y niñas, y 150 tenían déficil nutricional. Las conclusiones se hicieron llegar al Ministerio de Salud Pública y al de Asuntos Indígenas pero no tomaron medidas para actuar.

Los resultados de la labor investigativa corresponden a la beca "Salud Investiga Doctor Abraam Sonis 2018-2019 en Estudios Multicéntricos" . Éstos son revisados por pares científicos y recién publicados por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación pero ante la gravedad de la situación que se presenta en las comunidades de Santa Victoria Este, el organismo autorizó la difusión en medios de comunicación.

El trabajo se titula: "Descripción y análisis del perfil epidemiológico de los niños menores de 6 años con malnutrición por déficit, de comunidades de pueblos originarios del área operativa VIII, Santa Victoria Este". Fue desarrollado por la médica Elizabeth Ferrer quien fue la coordinadora de la investigación y habló con Salta/12. También integraron el equipo las licenciadas en nutrición María Haydee Herrera y Virginia Gutiérrez.

En Santa Victoria Este habitan pueblos indígenas que son wichis en su mayoría, pero también chorotes, qoms, chulupíes, quechuas y tobas. La localidad se encuentra a unos 263 kilómetros al este de la ciudad de Tartagal. La distancia de la capital provincial, que es la Ciudad de Salta, es de más de 500 kilómetros. La zona está a la vera del Río Pilcomayo, y muy cerca del Hito Esmeralda, punto tripartito entre Argentina, Paraguay y Bolivia.

La investigación en terreno fue desde mayo del 2018 al 30 de junio del 2019. Para los indicadores de mortalidad se tomó el período del 12 de marzo del 2018 al 12 de marzo del 2019. La población etárea en la que se hizo el abordaje fue desde el nacimiento hasta la edad de 5 años 11 meses y 29 días. La investigación reveló que 150 niños y niñas sobre un total de 730, tenían déficit nutricional. "1 de cada 5 niños tiene un problema de mal nutrición", afirmó Ferrer. 

En ese lapso de investigación hubo 407 nacimientos y murieron 13 niños menores de 5 años que eran originarios. Los fallecidos pertenecían a las comunidades Rancho Ñato, Nueva Esperanza, Urkupiña, Pozo El Toro, Vertientes, Kilómetro 2, La Bolsa, Magdalena, El Cruce. “No todos han fallecido por desnutrición pero sí por patologías que están asociadas a ésta. La mayoría tenía déficit nutricional y murieron por patologías infecciosas, inmunoprevenibles como la meningitis y algunos niños menores de 1 año han fallecido por prematurez y bajo peso de nacimiento", explicó Ferrer. 

La tasa de mortalidad infantil de 2018 a nivel nacional es de 9,7 por 1000 y de mortalidad en menores de 5 años por mil nacidos vivos es de 10,1. La tasa de mortalidad infantil del gobierno de Salta de 2018 es de 9,6 por mil y la de mortalidad en menores de 5 años, de 13,15 por mil. Éstas corresponden a la población infantil menor de 5 años en general.

El trabajo de campo se hizo en el área operativa VIII de Santa Victoria Este y en las comunidades de: Vertientes de la Costa A y B; Pozo de la China; Pin Pin; San Miguel; Roberto Romero; Eben Ezer; Nueva Esperanza; La Merced; Curvita; Pozo La Yegua; Pozo El Toro; Misión Anglicana; Santa María; La Gracia; Rancho Ñato; Pozo El Tigre; Urkupiña; Kilómetro 2; La Bolsa; Magdalena y El Cruce.

Las estadísticas relevadas por agentes sanitarios en el área operativa VIII de Santa Victoria Este indican una tasa de mortalidad infantil de 17,19 por mil y de menores de 5 años es de 31,94 por mil. Los niños y las niñas que fallecieron son de pueblos originarios.

"Las tasas de mortalidad infantil y en menores de 5 años superan en más de 8 puntos las tasas de mortalidad de Nación como de Provincia", explicó Ferrer a Salta/12.

Para la médica "las brechas se siguen sosteniendo, son históricas las diferencias de mortalidad (entre infancias criollas y originarias)". Explicó que la tasa de mortalidad infantil de la Provincia de Salta toma "el total de niños fallecidos menores de 1 año en relación al total de los nacidos vivos para esa mismo tiempo y lugar. Las tasas globales provinciales son menores debido a que el número de nacidos vivos en toda la provincia hace que como denominador disminuya la tasa de mortalidad. Esto oculta las diferencias en lugares en los cuales las condiciones de vida son desfavorables para la población infantil como lo es Santa Victoria Este donde las tasas son mayores y sin embargo se diluyen en el total provincial".

“A pesar de que no estábamos autorizados nos vimos en la necesidad de entregar la investigación al ministro de Salud Pública, Roque Mascarello, el año pasado”, explicó Ferrer. 

Dijo que dejó la copia del trabajo en su despacho y pidió que por su intermedio se entregue al director del programa de Atención Primaria de la Salud, Orlando Islas, a la directora de Vigilancia Epidemiológica, Griselda Rangeon, a la directora del hospital de Santa Victoria Este, Marcela Quispe y a la secretaria de Nutrición, Gladys Pernas a quien además informaban sobre lo que iban relevando en el desarrollo del trabajo.

Ferrer explicó que el ministro había avalado la investigación al igual que el director de APS, y la médica Quispe. También le envió copia a la ministra de Asuntos Indígenas y Desarrollo Social, Edith Cruz. La médica no recibió ninguna respuesta y tampoco las comunidades.

La médica indicó que en los controles a las madres de los chicos y las chicas, también se advirtió que tienen una historia de desnutrición crónica. En estos casos pudieron notar la falta de controles prenatales y falta de partos institucionales ya que son domiciliarios sin atención por profesionales.

Insuficiencias del sistema sanitario

"Los únicos que llegan a las casas de las familias son los agentes sanitarios, pero hay sectores a los que no, porque están vacantes", planteó Ferrer. Además advirtió que hay otros sectores donde están nombrados los agentes sanitarios, pero no realizan las visitas como corresponde. Como son sostenidos políticamente por el senador Mashur Lapad, no reciben la sanción correspondiente por el incumplimiento, denunció Ferrer. "El hospital a veces se siente con las manos atadas en no poder hacerles un sumario administrativo", aseguró.

El hospital de Santa Victoria Este tiene un nivel 2, de complejidad bajo, "si tiene patologías complejas no le queda más remedio que derivar a los pacientes a Salta o al hospital de Tartagal que es su primer centro de derivación", detalló.

Ferrer dijo que hay escaso recurso humano de profesionales médicos o médicas y de enfermería en el hospital de Santa Victoria Este. Además precisó: "hay escasos insumos, para internación o atención ambulatoria en relación a medicamentos". Mencionó que les pedían que colaboren con mercadería porque no tenían para la comida de los internados y sus acompañantes. "Cuando internan a personas enfermas que pertenecen a pueblos originarios, vienen con las familias. El hospital no solo tiene que pensar en la comida del paciente sino también en que acampa la familia alrededor", sostuvo la médica.

La investigación se encontró con que hay puestos sanitarios que tienen solo un enfermero o enfermera y en los Centros de Salud "no hay una planificación concreta de visitas ni un cumplimiento de aviso previo de profesionales médicos". El único lugar en el que había una médica que cumplía con las visitas era en el Centro de Salud de la Puntana.

En los otros centros sanitarios, como el de las Vertientes de la Costa, Ferrer dijo que no van médicos y en este lugar no hay tampoco agua, solo atiende un enfermero. En Pozo La China y Santa María, solo hay enfermeros permanentes y tampoco se garantizan las visitas médicas.

Otras de las carencias sanitarias es la falta de ambulancias y de movilidad. "Los lugares tienen senderos, cuando llueve son intransitables si no tenés una camioneta 4 por 4. Si vas para La Puntana, están marcadas las huellas de tractor, tenés que subir por las huellas y tratar de no caerte", ejemplificó. También detalló que los agentes sanitarios tienen motos pero quedan con "el barro a la mitad del eje de las ruedas, es difícil que lleguen".

Ante emergencias, la médica indicó que en las comunidades usan radios que están en los centros sanitarios para avisar si hay emergencias. Donde no hay radios, la gente sale en bicicleta o caminando a pedir ayuda a los enfermeros o las enfermeras. Las distancias son largas entre las comunidades y el hospital base de Santa Victoria Este, señaló.

Desnutrición

"A los chicos lo que les falta es el alimento, los niños nacen con buen peso de nacimiento, hasta los 6 meses de edad, según el carnet de los agentes sanitarios, hay crecimiento y desarrollo porque tienen lactancia materna exclusiva", explicó Ferrer. Indicó que esa lactancia se prolonga más allá de los dos años

Después de los 6 meses cuando los chicos y las chicas tienen que incorporar otros alimentos "ahí es donde aparece el desmejoramiento del estado nutricional porque no hay alimentos en calidad y en cantidad suficientes para la nutrición", sostuvo.

La médica expuso que su investigación determinó que hay déficit en los macronutrientes que son principalmente las proteínas, los hidratos de carbono y los lípidos o grasas. "Vimos que la mitad de los chicos cubren con lo que necesitan y hay una adecuación de calorías cubierta por hidratos de carbono, productos de harina: panes, tortillas al rescoldo, el azúcar que le agregan al té y al mate cocido, fideos, arroz, sémolas y grasa vacuna que se agrega a la panificación y a la cocción. Como el único combustible que tienen es leña se hacen frituras para que sea más rápido", acotó.

"Los chicos comen guisos y sopas que contienen un poco de aceite, grasa, fideos, arroz, y es su único alimento. Después agregan algo de papa, cebolla, pimiento, y nada más. Si le agregan un poco de carne es de puchero que no tiene contenido de proteína importante, es solo 'sustancia' como dicen ellos. Si cerca del pueblo pueden adquirir otro ingrediente animal son alitas de pollo o menudo de pollo, muy ocasionalmente", dijo Ferrer.

Un 68% de los chicos y las chicas no cubren las proteínas como macronutrientes, "son las que generan estructura en el organismo, originan el tejido, el crecimiento y el desarrollo, por eso vemos el impacto en el bajo peso y en el déficit de talla", explicó Ferrer. También detalló que la población infantil en un 80% no cubre las necesidades de calcio y en un 92% las de hierro. En la alimentación complementaria "no hay alimentos que provean de estos macronutrientes".

En el mes de mayo hasta agosto que es la temporada permitida de pesca, las condiciones mejoran para las comunidades que viven cerca del Río Pilcomayo. "Más o menos cubren las proteínas de alto valor biológico que serían las animales, las que dan la leche y el huevo. Ellos respetan los ciclos naturales del monte y los ciclos vitales de los animales y entonces carecen de esto el resto del año", sostuvo Ferrer.

Tampoco cubren los micronutrientes, "están constituídos por todas las vitaminas, por el iodo, zinc, cobre, son sustancias que se necesitan para la construcción de tejido, por eso su aparato inmunológico también se torna deficiente porque no tiene materia prima.

Ferrer sostuvo que también hay una desnutrición oculta, cuando el peso y la talla son normales pero si se hace un análisis de laboratorio, los niños o las niñas resultan con anemia

"Si (a los niños o las niñas) no los (as) recuperas hasta los 2 años de edad con buena alimentación, no adquieren las capacidades que tenían genéticamente determinadas pero que no las pudieron desarrollar por la falta de alimentos", especificó Ferrer. Añadió que las patologías infecciosas, diarreícas y las infecciones respiratorias agudas, "hacen (que los chicos y chicas) que tengan más probabilidades de morir".

La médica explicó que los niños y las niñas que están en la etapa de escolarización reciben la comida fuerte en la escuela.

Agua no segura

Ferrer expuso que el oxígeno y el agua están dentro de los macronutrientes. Sin embargo, señaló que la mayoría de las comunidades no tiene acceso al agua potable y algunas no tienen acceso al agua. "Además de tener una ingesta insuficiente de alimentos de valor nutritivo (los niños y las niñas) están poliparasitados (as)", advirtió Ferrer.

La médica dijo que según el laboratorio del hospital, los chicos y chicas tienen Oxiurus, Ascaris Lumbricoides, parásitos y "Giardias" que tienen la capacidad de tapizar la primera parte del duodeno que es donde se absorben los nutrientes, "(los niños y las niñas) no tienen la capacidad biológica de absorción de lo poco que comen porque están parasitados", sostuvo la médica.

Quienes no tienen agua la colectan en madrejones del río, "van con bidones a las escuelas, algunas tienen motores con combustible para extraer de pozo". "En San Miguel, Pozo La China, Pin Pin, les falta el combustible para hacer funcionar el motor de la bomba, los maestros hacen lo que pueden. A veces les sacan combustible a sus propios vehículos, no tienen agua para cocinarle a los chicos. En las escuelas dan almuerzo y merienda", aseveró Ferrer.

El trabajo de investigación expone los derechos vulnerados en las comunidades originarias y señala la necesidad de que se tomen rápidas medidas intersectoriales e interministeriales por la complejidad de la situación.