La Fontana Di Trevi, uno de los puntos más visitados de Roma, tendrá una barrera de casi un metro de alto debido que los turistas suelen sentarse en sus bordes e incluso han intentado nadar en sus aguas, para imitar la famosa escena de la película “La Dolce Vita”.
El Consejo de esa ciudad italiana aprobó una resolución con 24 votos a favor y una abstención para colocar la barrera que, según la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, tendrá casi un metro de altura y estará compuesta de vidrio y metal, de manera que no obstruya la vista al monumento. La moción también ordena tomar medidas contra los vendedores ambulantes que abundan tanto alrededor de la fuente como del Coliseo, otro de los grandes monumentos de la ciudad.
Sin embargo, los asesores competentes, Luca Bergamo (Cultura) y Carlo Cafarotti (Comercio y Turismo), desean que se regule de otro modo los flujos de turistas en la zona. Ambos sugieren que se instaure “una guarnición fija potenciada” de agentes que también controle las rutas de acceso a la Fontana de Trevi y a la zona del Coliseo. Para el vicealcalde de Roma, Luca Bergamo, sería “más eficaz regular los flujos en la zona en torno a la Fontana di Trevi que colocar una barrera”.
La resolución, propuesta por el presidente de la Comisión de Comercio, Andrea Coia, se basa en el presupuesto de que “las nuevas disposiciones contenidas en el reglamento de policía urbana prohíben sentarse en monumentos” y también en que “en los sitios símbolo de la ciudad” existen “fuertes fenómenos de abuso comercial”. De esta manera, se estableció intervenir con “un patrullaje continúo a pie” por parte de los agentes de la policía local “en via dei Fori Imperiali, via del Corso, via del Babbuino, vía Condotti y Piazza di Spagna”.
No es la primera vez que se toma una media para proteger a la Fontana Di Trevi. En julio de 2017 se dispuso un recorrido obligatorio para los turistas con el objetivo de protegerla de actos vandálicos y de conductas inapropiadas.