El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea recortar en un 14 por ciento el presupuesto para el 2018 de la Guardia Costera para destinarlo a seguridad fronteriza, la construcción del muro con México y el control de la inmigración.

La propuesta presupuestaria, un boceto al que tuvo acceso el diario The Washington Post, también prevé una reducción del 11 por ciento de la Administración de Seguridad en el Transporte, encargada de la seguridad aeroportuaria (TSA). El presupuesto de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), que aporta los primeros fondos de respuesta a desastres naturales como huracanes, tornados o inundaciones, también sufrirá un recorte del 11 por ciento, de acuerdo con el Post. Estos porcentajes dejarían el presupuesto de la Guardia Costera en 7.800 millones de dólares (9.100 en 2017), en 4.500 millones de dólares el de la TSA y 3.600 el de la FEMA.

Los recortes en la Guardia Costera incluyen la desactivación de un programa de patrullas antiterroristas en puertos y vías fluviales, así como cancelar la construcción de una embarcación de guerra tipo cutter (que tiene contrato con Huntington Ingalls Industries) con un coste estimado de 500 millones. Estos recortes están previstos pese a que el presupuesto global del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), del que dependen todas, aumentará en un 6,4 por ciento (2.900 millones de dólares) hasta los 43.800 millones de dólares.

Parte del incremento (1.900 millones) irá a financiar los centros de detención para inmigrantes, unos 285 millones de dólares a la contratación de 500 agentes fronterizos y 1.000 agentes migratorios y otra parte no especificada irá a la construcción del muro. El presupuesto del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) crecerá un 36 por ciento hasta los 7.900 millones de dólares y el de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en un 27 por ciento hasta los 14.200 millones de dólares.

El plan de recorte sitúa a la administración de Trump en la inusual posición de negociar el gasto de programas de seguridad para otras prioridades de seguridad en la frontera sur, planteando interrogantes entre legisladores republicanos y expertos en seguridad nacional. “El presupuesto prioriza las operaciones del DHS, propone inversiones críticas en seguridad fronteriza y los fondos continúan siendo destinados para el desarrollo de enormes defensas cibernéticas”, dice el borrador del proyecto. “El presupuesto implementa agresivamente el compromiso del presidente de construir un muro físico a lo largo de la frontera sur”, añade el borrador.

Un portavoz de la Casa Blanca, Michael Short, aseguró al diario que el gobierno de Trump aún trabaja en la elaboración del presupuesto ya que no será hasta finales de mes cuando deberá presentarlo ante el Congreso. “Intentar sacar conclusiones tan temprano sería extremadamente prematuro”, indicó Short.

El congresista republicano Duncan Hunter, que apoyó a Trump y que preside el Subcomité de la Guardia Costera y Transporte Marítimo de la Cámara de Representantes, dijo que esos recortes perjudican la lucha contra el narcotráfico y el control migratorio. “Si el presidente se toma en serio perseguir a los carteles e ir detrás de las redes del narcotráfico, esto no tiene ningún sentido”, argumentó.

Por su parte, Rick Ozzie Nelson, ex piloto de helicópteros de la Marina y experto en seguridad nacional, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo que ésta decisión dejaría de lado el servicio en misiones en las que podría ser más efectivo el dinero. “Si no están allí los de la Guardia Costera para hacerlo, ¿quién estará ahí para hacerlo?”, dijo Nelson sobre la seguridad portuaria. “No vamos a poner destructores y fragatas en la costa para proteger esos puertos. Eso es una misión de la Guardia Costera y ellos son los capacitados para eso”.

A su vez, el recorte afecta a la capacitación de lo que se conoce como el programa “armed pilot” (“piloto armado”), que comenzó a implementarse después del 11 de septiembre. Se eliminaría y generaría un ahorro de 20 millones de dólares. El entrenamiento tenía la finalidad de preparar pilotos y tripulaciones en caso de un intento de toma armada de un avión. “Si hubieses estado en uno de los cuatro aviones secuestrados el 11 de septiembre, seguro que dirías que es importante”, dijo el ex administrador de la TSA, John S. Pistole. “Para mí, es una inversión relativamente pequeña en relación al potencial que genera para mitigar el riesgo. Se trata de cuánto riesgo quieres tomar. Yo abogaría por una reducción en ese programa, pero no su eliminación”, añadió Pistole.

También se eliminarán los 45 millones de dólares en subvenciones que la policía local usa para patrullar los aeropuertos y sus alrededores. Otro de los programas que podrían ser eliminados, usa agentes de la TSA especialmemte entrenados para observar el comportamiento de los pasajeros en los aeropuertos. Particularmente, cuando los viajeros se acercan a los puntos de check in, para poder determinar quienes parecen comportarse de forma extraña.