Eber Ludueña es el personaje referente en la cosmogonía de Luis Rubio. Dice que “es el que no llegó, el del ascenso. Y más allá de que el fútbol sea bastante transversal porque une distintos segmentos de la sociedad, los que no llegaron pero han querido ser jugadores son la enorme mayoría. Eber le habla a todos esos. Lo mío es el antiéxito, con una estética muy rosarina y del interior, que yo llamo la estética de la escasez, de los pocos recursos. Siempre he hecho humor con poco. Si me das dos helicópteros, setenta bailarinas, una grúa y el obelisco, hago una cagada (risas). Creo que la forma es parte del fondo, a mí me sale así y me divierte así. Reciclar y usar lo que otros no usan. Tal vez tenga que ver con mi condición de escorpiano: reciclar y aprovechar. Soy el tipo que cocina con lo que hay en la heladera”.