Desde Madrid.El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, se reunieron después de varios meses de desencuentros y del estallido independentista que se produjo después de conocerse el fallo a los líderes catalanes que organizaron el referéndum de independencia en octubre de 2017.
El encuentro entre el mandatario socialista y el dirigente catalán se produjo en el marco del acuerdo alcanzado entre el Partido Socialista Obrero Español y el partido independentista Esquerra Republicana de Cataluña, que permitió la investidura de Pedro Sánchez en enero pasado.
Torra recibió a Sánchez en el Palau de la Generalitat (sede del Gobierno catalán) en Barcelona, en un esforzado escenario de solemnidad y alfombras rojas con el que buscó darle a la cita el carácter de un encuentro entre jefes de Estado. Después de una reunión que se extendió por una hora y cuarto, Sánchez se presentó ante la prensa para comunicar los resultados de este primer acercamiento entre los dos Gobiernos.
“Lo que hemos acordado es celebrar la primera reunión de esta comisión bilateral entre el Gobierno de España y del Govern de la Generalitat de Cataluña dentro del presente mes, es decir, en febrero. Estamos diseñando un calendario seguro y una agenda que nos acerque al reencuentro”, dijo Sánchez antes de reconocer que el camino del diálogo no sería rápido porque las heridas eran profundas.
A diferencia de aquel diálogo que promovió Sánchez a comienzos del año pasado, y en el cual se debatió la posible figura de un mediador o relator, esta vez el líder socialista afirmó que los mediadores serían los 47 millones de españoles, y que serían testigos de un “diálogo franco y absolutamente transparente”. Además de la fecha de ese encuentro de Gobiernos, Sánchez ofreció una serie de propuestas con las que espera acercarse al independentismo catalán y, de alguna manera, restarle protagonismo a la discusión de la independencia. Entre ellas, planes de inversión y entrega de competencias (de gobierno) pendientes de ceder.
Quim Torra, por su parte, reconoció la voluntad de Sánchez para resolver un “problema político”, pero señaló que aún no conoce “cuál es la propuesta del Gobierno español”. El jefe del Govern catalán ha insistido en que la propuesta de “consenso” del indepedentismo es la celebración de un referéndum de autodeterminación, y una amnistía para los líderes catalanes condenados. Dos iniciativas que no contempla la Constitución española, y a la que Sánchez ha definido como el único marco posible para el dialogo con Cataluña.
A pesar de las diferencias, el diálogo supone un nuevo punto de partida después de años en los que el Gobierno del Partido Popular negó el conflicto y delegó las “soluciones” en el trabajo de jueces y fiscales. El próximo encuentro empezará a relevar más detalles de cómo se espera hallar una solución a las tensiones soberanistas. En cualquier caso, las diversas fuerzas independentistas coinciden en que la supervivencia del mandatario español dependerá en buena parte del éxito o del fracaso de esa empresa.