La ex concejal de la ciudad de La Plata, Victoria Tolosa Paz, fue designada en diciembre por el presidente Alberto Fernández para dirigir el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales. Esta semana recorrió Tucumán, Salta y hoy viaja a Jujuy para interiorizarse y avanzar en la ejecución de políticas públicas que reviertan las situaciones de pobreza, hambre y desnutrición.
En el marco del plan Argentina contra el Hambre, la funcionaria visitó localidades de Rivadavia y San Martín junto a Pamela Ares, también integrante del Consejo Nacional.
En su recorrido además estuvieron en San Antonio de los Cobres y se reunieron con el gobernador Gustavo Sáenz, los directivos de Cosalta y autoridades de la UNSa.
Tolosa Paz reconoció que hay una deuda muy grande en toda la región del chaco y que en gran parte de Salta el denominador común es la carencia de agua potable que permitirá mejorar la calidad de vida y generar producción local.
- ¿Qué vieron en estos días en el norte? Tanto en los departamentos más críticos del como en San Antonio de los Cobres
- El denominador común en el norte es una carencia de agua potable y segura y la verdad que lo que demuestra es que Alberto Fernández en la presentación del programa Argentina contra el hambre planteó la necesidad de empezar a trabajar en garantizar el acceso al agua. Entendiendo que ese es el primer derecho a la alimentación que debe garantizar un Estado.
Acá comprobamos que es así y además en todas las conversaciones de ayer, en cada uno de los parajes que paramos lo primero que surge es el agua, sin ella no podemos solucionar nada de todo lo demás que es preocupante, como lograr que esas comunidades puedan producir sus alimentos.
Hay un atraso del siglo 18, en términos de una persona acarreando en vasijas el agua, verlo y escuchar a madres contándolo es doloroso. Porque no sólo garantiza sus vidas, sino también la de sus animales.
Este es un drama de años y años no resuelto, con distintas características, en algunos lugares como Santa Victoria Este es el nivel de salinidad, que hace que el agua sea intomable y tienen que sobrevivir con ese drama.
Tenemos que tener un gran plan, yo estoy convencida que esto no se soluciona con una acción sola del Consejo Nacional de Coordinación sino realmente con el Estado Nacional con toda su capacidad junto al gobierno de la provincia, con una planificación que diga cómo empezamos y cómo vamos cumpliendo metas de provisión de agua potable en cada uno de los parajes, en todas las ciudades y en cada una de las localidades.
- ¿Cuál debe ser ese plan para revertir la situación crítica que viven las comunidades y no vivir en constante emergencia?
- Creo que tiene que ver con una decisión política, básicamente no es un problema de falta de presupuesto, de tecnología o conocimiento para poder llevar allí por ejemplo agua potable.
Están más que estudiadas, por la propia Universidad de Salta y el CONICET, todas las soluciones posibles para cada una de las distintas dificultades que se presentan con el agua.
Evidentemente estamos ante la enorme decisión política de AF de garantizar el derecho al agua.
Hay algo que Pamela (Ares) dijo ayer y es muy cierto, que es respetando y consultando a las comunidades, ellos saben dónde y cómo se puede hacer el pozo de agua que garantice que sea potable.
Porque sólo desde el conocimiento técnico y buenas ideas, cuando se baja a territorio en la práctica eso falla.
Ayer estuvimos en Los Blancos, que tiene 4000 habitantes y se proveen de un solo pozo de agua acarreando con bidones. Algo que no es de ahora, sino que lo hacen así desde hace décadas.
Repito, me parece que tienen que haber una fuerte decisión política y participación ciudadana para también controlar la ejecución de las obras.
Me impresiona la falta de transparencia en el manejo de las obras, no tienen ni siquiera carteles con los montos de dinero, cuestiones que parecen pavadas pero no lo son.
También debe haber una gran campaña en donde la ciudadanía sepa quién financia la obra, quién ganó la licitación, por qué montos y cuáles son los plazos de ejecución. Está comprobado en el mundo que las auditorías más eficientes son las ciudadanas, las del pueblo beneficiario de la medida.
A su vez creo que se debe planificar qué queremos hacer en esta zona, en todo el denominado Chaco. Ayer lo veía al ministro de Obras Públicas, que también estuvo acá en Salta, con el gobernador de Santa Fe y con Jorge Capitanich (Chaco). Firmaron un convenio para garantizar el agua potable en todo lo que se puede llamar el monte chaqueño y que tiene contacto con toda esta zona.
Hay una característica regional que hace que se tenga que establecer en Argentina una planificación de qué queremos hacer en esas zonas los próximos 30 años. Que se invierta y se incentive la inversión pública en infraestructura básica para la zona, y tener un plan de acción en términos de qué y cómo queremos que esas comunidades vivan y se desarrollen a lo largo de su vida.
Creo que ahí sí hay falta de articulación en todo caso entre nación, con las provincias y municipios.
Eso nos permitiría ir planificando mejor por ejemplo en términos de la producción en cada región y con la agricultura familiar. Una se pregunta de qué va a vivir esa población indígena cuando tenga agua garantizada. Debe y va a vivir de la producción local, de su posibilidad de producir alimentos.
Pero sin agua y sin inversión es difícil pensar en la sustentabilidad en esa región. Esa es la deuda del país hacia nuestra Argentina Profunda.
Está claro que lo que aquí debemos hacer es cambiar el eje en nuestro modelo de producción, que independientemente de lo que se hizo los 12 años anteriores aún falta, y el deterioro de estos cuatro años fue atroz.
Por lo que tenemos que cambiar nuestra matriz productiva que vaya en camino a la soberanía alimentaria, que nos permita vivir de lo que producimos y generar el arraigo del que tanto hablamos para empezar a cambiar y producir alimentos para nuestro pueblo.
Tenemos que generar trabajo, generar valor para alimentar a nuestro pueblo y en todo caso exportárselo al mundo.
Necesitamos las divisas, sí, es una gran verdad, pero tenemos que ir de la mano de ir generando esos incentivos para la producción y la producción de alimentos para los argentinos.
- Esa será una puja muy fuerte con los grandes productores agrarios
- Sí, pero si no lo logramos nos vamos a quedar en sólo una tarjeta (la del plan alimentar), y nosotros no queremos eso, que solamente sea el consumo y la emergencia. Sino justamente generar el desarrollo local, el arraigo.
Estuvimos en Tucumán y nos planteaban cómo una provincia que produce caña de azúcar tiene que llevar el azúcar a Rosario para envasarlo en sobrecitos y volver a Tucumán. Ahí es donde decimos que no tenemos destino si no encontramos la forma de producción y de agregar valor en origen.
Parar desmontes y promover la agricultura familiar
La integrante del Consejo Nacional en el marco del Plan Argentina contra el Hambre, Pamela Ares, agregó en este punto que si bien hay un abandono de 200 años de historia “hemos tenido gobernantes que pusieron el foco en Salta Forestal, que avaló desmontes, entregando las grandes tierras del chaco salteño en muy pocas manos como los Macri, o los Olmedo”.
La también ex directora del Observatorio de Violencia contra las Mujeres de Salta, sostuvo que la política de este gobierno nacional “será trabajar al revés, sobre los minifundios, cómo apoyar la agricultura de subsistencia, la de los pequeños productores, para que puedan trabajar sus alimentos”.
Subrayó que para eso “hay que parar los desmontes primero y avanzar con una gran política de Estado sobre el acuífero guaraní”.
“Cómo puede ser que Brasil trabaja sobre el acuífero de una forma y nosotros que tenemos un gran reservorio de agua y las comunidades en todas esas zonas no podamos hacer lo mismo”, planteó Ares.
Por último, las funcionarias mantuvieron una reunión con directivos de Cosalta para avanzar en que esta Cooperativa láctea salteña pueda producir y distribuir el “yogurito”. Un producto probiótico que ya se probó con éxito en Tucumán y producida por el CONICET.
“Esta experiencia de política pública arrancó con 50 escuelas en Tucumán y hoy cubre toda la población infantil dando indicadores de resolución del conflicto de las diarreas prevalentes en la infancia y problemas de deshidratación. Una política pública que puede revertir muchas de estas situaciones en Salta”, concluyó Tolosa Paz.